Creado en 2008, el Programa Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles para el Bicentenario se planteó desde el Ministerio de Educación de la Nación con dos objetivos muy claros: el de ser una herramienta educativa, de formación musical, y el de beneficiar a los niños, niñas y jóvenes de los sectores más castigados, lo que significa una posibilidad para “tender un puente hacia su reinserción en la escuela y para el logro de una eficaz retención cuando su permanencia se halle en situación de riesgo”. En constante crecimiento en todos estos años, llega en la actualidad a extender por todas las provincias del país, sumando 140 orquestas y 161 coros de los que participan 20 mil pequeños músicos y 2 mil profesores. Todos ellos han podido protagonizar conciertos, giras y diversas instancias de formación en las que pudieron hacer música junto a sus pares.

El “sistema” –tal como se lo conoce– venezolano de enseñanza musical colectiva, modélico en el mundo, es el antecedente más claro de esta búsqueda, que se ha implementado con gran éxito en países como Colombia, Ecuador, Paraguay, Bolivia, Brasil, Uruguay y Chile. También, antes de este programa de alcance nacional, se generaron proyectos de características similares en las provincias de Buenos Aires, La Pampa, Chubut, Neuquén, Santa Fe, San Juan y Santa Cruz. Y en la ciudad de Buenos Aires, con un programa creado en 2007 y sobre el que se denunció, en 2013, la búsqueda de su vaciamiento por parte del gobierno porteño.

También del Ministerio de Cultura dependen tres Programas de Orquestas y Ensambles Juveniles, de similares objetivos y actualmente en la misma situación de incertidumbre, aunque con particularidades según cada caso. Un temor creciente y fundado en la experiencia que dan los años en la gestión pública, es que el Ministerio no cierre declaradamente, pero sí “se desentienda” de estos programas, “bajando” la responsabilidad de su sostenimiento material a los estamentos provinciales y municipales. Una forma de “descentralizar” que ya mostró sus drásticas consecuencias en materia educativa durante la década del 90.