La alegría y avidez por los libros son contagiosas. Vuelven los bibliotecarios de todo el país a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Van llegando de muy lejos, bien tempranito, con sus carritos y sus ganas de caminar, con sus demandas y sus ilusiones, al predio de la Rural. El programa Libro % de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), que empieza hoy y se extenderá hasta el próximo domingo, permitirá que más de 850 representantes de las bibliotecas populares puedan adquirir los libros que cada comunidad necesita a la mitad de precio en los stands de las editoriales y expositores adheridos, entre los que se destacan Fondo de Cultura Económica (FCE), Eudeba, Ediciones de la Flor, Colihue, Planeta, Los Siete Logos, Penguin Random House y Siglo XXI, entre muchos más. El subsidio per cápita en esta edición es de 11.000 pesos, un aumento cercano al 40 por ciento en comparación al año pasado. El monto total destinado por la institución que preside Leandro de Sagastizábal es de 11 millones de pesos para la compra de libros, cifra que asciende a más de 20 millones al incluir los pasajes de avión o de ómnibus y el pago de la estadía de dos noches de hotel. Como todos los años, la Conabip le entregará la distinción “Amigo de las Bibliotecas Populares” al escritor Luis Pescetti –el más votado por los bibliotecarios–, reconocimiento que anteriormente recibieron Mercedes Sosa, Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Bayer, León Gieco, Alejandro Dolina, Quino, Juan Sasturain, Norberto Galasso y Adrián Paenza.

Lejos de despotricar contra “la herencia recibida”, De Sagastizábal rescata la gestión del kirchnerismo. “No me gusta ser de los que están fundando cosas, me gusta continuar trayectorias. Vamos a continuar con lo que se ha venido haciendo, un proyecto que es amplio, diverso y francamente muy sólido”, admite el presidente de la Conabip, que se ha desempeñado como editor de Eudeba y Fondo de Cultura Económica, entre otras editoriales, y ha dirigido la carrera de edición de la Universidad de Buenos Aires. “Vamos a trabajar con algunas innovaciones que tienen que ver con el uso de nuevas tecnologías en las bibliotecas populares. Queremos procurar el acercamiento de la sociedad a las bibliotecas populares, estamos pensando una campaña para estimular que más argentinos traten de asociarse a las bibliotecas populares, que son espacios centrales en el desarrollo cultural de una región y de todo el país”. El presidente de la Conabip anticipa que la campaña para incrementar el número de socios contará con folletos especiales y micros con testimonios de escritores y artistas que se están empezando a filmar. Los niveles de afiliación oscilan entre 100 a 200 personas, aunque algunas bibliotecas tengan más de 500 afiliados. “Macedonio Fernández fue presidente de la Biblioteca Popular de Posadas (Misiones). Yo soy socio de la biblioteca popular de Villa Crespo, donde fue bibliotecario Leopoldo Marechal”, recuerda De Sagastizábal un par de curiosidades no tan conocidas.

“La compra de los bibliotecarios es uno de los hitos de la Feria del Libro en estos últimos años. Queremos colaborar para que tengan la mayor riqueza posible en la elección de los libros y que puedan encontrar las mejores opciones”, subraya el presidente de la Conabip y comenta que hay unas 150 bibliotecas que por problemas con el reempadronamiento y la presentación de la rendición de cuentas para poder participar del Programa Libro% no han recibido el subsidio antes de viajar. “No sólo le vamos a dar ese subsidio, si ellos deciden venir a la Feria con recursos propios, sino que además se nos ocurrió compensarlos para que puedan venir a la Feria del Libro Infantil con las mismas condiciones y el mismo subsidio en julio o a una Feria regional que a ellos les interese, como la de Córdoba, Neuquén o Corrientes”, explica De Sagastizábal. La idea –agrega el presidente de la Conabip– es que los bibliotecarios puedan elegir a qué ferias prefieren asistir. La singularidad de esta edición es que habrá distinciones extraordinarias a la Biblioteca Franklin de San Juan, que cumple 150 años, junto con otras bibliotecas que celebran 100 años de vida, de San Luis, Neuquén y Catamarca.