Aunque se la conoce más por sus canciones y discos, la carrera de Patti Smith comenzó en la poesía, que a principios de los ’70 florecía en Nueva York. Sus recitales eran vibrantes, siempre con la compañía de la guitarra de Lenny Kaye, y eso comenzó a atraer tanto a la elite como a los protopunks que iban a los conciertos de los New York Dolls. Patti descubrió rápido que había rock and roll en su poesía (tiene varios libros publicados) y viceversa. Entonces, ¿por qué no mezclarlos? Su primer disco fue un simple con “Piss Factory”, un repaso de sus agrios días como operaria, y un cover de Hendrix, financiado por su ex pareja, el fotógrafo Robert Mapplethorpe. Para ella era natural colaborar con los hombres de su vida: trabajó con Tom Verlaine (Television), con el escritor Sam Shepard y con su esposo Fred “Sonic” Smith (de MC5).

Tras su notable debut con Horses, Patti decepcionó a algunos fans con un disco más convencional, Radio Etiophia, mientras el punk daba sus últimos estertores. Easter le dio el mayor éxito de su carrera, sobre todo por la canción “Because the Night”, compuesta a medias con Bruce Springsteen. Y Wave llegó cuando ella, enamoradísima de Fred Smith, ya pensaba en el retiro. “Ambos sentimos que teníamos que crecer como personas y aprender sobre el otro”, le dijo a Página/12. “Vivimos de manera muy simple, tuvimos hijos y los criamos. Y cuando Fred murió, a fines de 1994, volví a trabajar a Nueva York para poder ayudar a criar a mis hijos.” A pesar de que había hecho Dream of Life con Fred en 1988, el retorno de Patti a escena fue en 1995, con Gone Again, un disco que fue su terapia por la pérdida de su marido y su hermano Todd. Luego le siguieron Peace and Noise, Gung Ho y Trampin’, tal vez el más politizado de su carrera.