Hace mucho tiempo, en ocasión de la muerte del gran pianista Enrique “Mono” Villegas, el pintor Hermenegildo Sábat tituló una nota aparecida en un matutino: “Villegas no murió, se cansó de ser libre”. Creo que esa idea es la más justa para recordar hoy a Norberto Minichillo. Si hay algo que caracterizó a Norberto fue su condición de buscador incansable. Así es como él entendía a la música, nunca tuvo miedo de experimentar con distintas opciones musicales. Su último trabajo, sin ir más lejos, fueron obras de música de cámara. Hay otra frase que se me aparece cuando pienso en Norberto Minichillo y es una del compositor checoslovaco Leos Janacek, quien murió en las primeras décadas del siglo XX: “La música nació libre, y conquistar la libertad es su destino”. A eso, Norberto lo entendió mejor que nadie.

Norberto Minichillo fue una parte importante de los movimientos musicales de las últimas tres o cuatro décadas en la música popular argentina. Integró una cantidad de agrupaciones: el trío de Baby López Fürst, los grupos de Rodolfo Alchourron, Litto Nebbia, Roberto “Fats” Fernández, Santiago Giacobbe... Sería muy largo hacer una lista enumerando la cantidad de músicos que han trabajado con él. Su último trabajo en el contexto de la música popular fue con El Terceto, donde pudo expresarse junto con el pianista Hernán Ríos y el contrabajista Pablo Tozzi. Yo también pude compartir música con él, entre otras pasiones como la de ir a la cancha. El era, como yo, nacido en La Paternal y un hincha rabioso de Argentinos Juniors.

A veces era peligroso conversar con él, porque siempre esgrimía una franqueza descarnada, no se guardaba nada al hablar de sí mismo y de los demás. Eso a mucha gente le molestaba, pero así era su forma de encarar la vida y la música: con total sinceridad. Me siguen viniendo a la cabeza frases que me gustaría decirle a Minichillo. Cuando murió Jobim alguien dijo: “Jobim no murió, se fue de gira”. Eso es lo que pensamos de vos, querido Momo. Te fuiste de gira.

* Pianista y compositor.