Yo estaba lo más tranquilo en mi mesa de dibujo, entre mural y mural, y entre libro y agenda por entregar, cuando recibí una llamada de Omar Quiroga, proponiéndome hacer un ciclo de entrevistas para el cable, 13 en total. La producción iba a ser del mítico Daniel Morano, de quien tengo el hermoso recuerdo de escuchar su programa El tren fantasma. La cuestión es que nos reunimos en la Rock & Pop TV, canal que dirige Morano, y yo dije “chau, va a ser con rock y cámara a la manera rápida de El rayo y yo diciendo cosas, balbuceándolas, rápidas y gritadas, y presentando clips de bandas que ni conozco”.

Pero no. No era para Rock & pop TV; serían entrevistas de media hora para una noche por semana en América 24, canal al que quieren dar un toque distinto, en mi caso, más “artístico”. Y me dijeron que armara una lista de posibles reporteables. Les di 35 nombres, en tanto pensaba un escenario.

El misterio es por qué me llamaron.

Intuyo que me vieron en entrevistas que me hicieron, y sabían de mi programa radial en el Chaco, que no hago más. Ellos sabrán.

La cuestión es que grabamos 14 programas, charlas distintas a lo que se ve habitualmente, nada periodísticas, bajo la atenta mirada tras el set de Omar y de Ricardo Olivera. Coopero en la artística con dibujos. Y aprendo en cada programa. Todos nos sentimos muy cómodos, hablando de la utopía, siempre, y de otras cosas de la sensibilidad como sólo ellos, Maitena, Kuitca, Nun, Pigna, Fernando Peña, la Manso, Dolina, Nigro, Tomás Abraham, Feinmann, Mujica, el Ruso Verea, Rabinovich y Adriana Varela pueden confesar. Todo en un armónico espacio blanco, un bar que aún no se abrió en el Puerto Madero.

Y ahora sale.

Estoy expectante.

REPregunta (2 en Utopía) pateó mi currículum de dibujante por los aires.