MUSICA › OPINION
Interpretar desde adentro
Por Teresa Parodi
Un recuerdo de juventud: cada vez que Mercedes Sosa visitaba el teatro de mi pueblo, allá en Corrientes, el hombre que vendía las localidades me guardaba un lugar aunque no me hubiera visto en todo el día. El sabía que yo seguramente estaba tratando de juntar las últimas moneditas para poder pagarme la entrada. Sabía, también, que para mí había pocas cosas más placenteras que escuchar a aquella mujer que cantaba como desde adentro, con una forma de expresarse absolutamente original. Mi predilección no cambió con el tiempo. No quisiera ser sentenciosa, pero creo que Mercedes representa hoy una de las voces más bellas del mundo. A eso hay que sumarle el raro talento que tiene para elegir sus canciones, esa intuición que hace que uno tenga la impresión de que canta sus temas de la única manera en que se pueden cantar. Es como si nadie pudiera volver a interpretar una composición si ella ya la ha recorrido. Siempre me llamó la atención su potencia escénica. Tanto cuando parece hacer brotar las palabras desde un interior profundo como cuando abre sus brazos buscándose, igual que si se fundiera con el viento y la música. Por suerte ha sabido compartir su sentimiento, abriendo para mi generación un puente que comunica con autores increíbles de esta América fabulosa. Este nuevo disco es una alegría. Muestra el refinamiento de una cantante que supo ir intensificando el color de su voz de mezzo, combinando ese timbre característico con melodías bellísimas. Es también una confirmación de la coherencia que ha tenido esta artista al defender una ción integral con la identidad y la poesía. Por eso no extraña que su obra siga demostrando que nuestro pueblo es creador de un mundo de músicas que va mucho más allá de lo que generalmente se cree.
Nota madre
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