Por Liliana Herrero

Mercedes es una mujer imprescindible para la Argentina. Sin ella, no se puede pensar la historia de la música popular. Cada vez que transita una canción está conectándose con todo un continente que vive miserias y celebraciones, adoptando una actitud que también supieron entender sus compañeros de aquel movimiento maravilloso que fue el Nuevo Cancionero.
A esta altura de su carrera está claro que inventó un modo de cantar exquisito, fruto de la mixtura entre una profunda reflexión sobre la realidad y una voluntad de retratar lo que somos utilizando su voz estupenda. Cuando en los sesenta descubrió lo que podía lograr con esa conjunción, se transformó en una sembradora de arte e inició algo enorme. Hace poco tuve la fortuna de poder darle un abrazo y lo primero que me salió decirle fue: “Cante. Cante, Mercedes, porque su canto cura”. Celebro su regreso.