Primitivismo

Para Daniel Paz, humorista e ilustrador de Página/12, “en cuanto a Borat hay dos cuestiones: una es la película en sí y la otra es la actitud de la crítica”. “A mí la película no me gustó”, dice. “Me pareció racista y profundamente berreta. Racista, porque pinta a la gente de Kazajistán como si fuera un pueblo de bestias ignorantes. Berreta, porque su humor apela a mecanismos de lo más primitivos. Es el tipo de humor de la escuela secundaria que hace que uno se ría cuando otro se cae por pisar una cáscara de banana, o cuando la profe de geografía descubre que tiene una goma de su auto pinchada. Es el humor de cámara sorpresa que antes hacía Tinelli y que ya no lo hace más porque está agotado. Por otro lado, creo que la crítica sobrevaloró la película. Me parece ridículo ver en Borat un retrato feroz de la Norteamérica de Bush. Creo que la reacción de los yanquis en la peli ante las estupideces y provocaciones de Sacha Baron Cohen es la misma reacción que tendría cualquier persona en cualquier país del mundo.”

Versatilidad

“Ayer por la noche –dice el músico Sebastián Rubín– fui a ver Borat, y lo que más me llamó la atención es la versatilidad estilística a la que apela para hacer reír: hay humor físico, sexual, escatológico, humor inteligente y de juego de palabras, muy inglés, hay incorrección política y religiosa, provocación... No sé si sea revolucionario, pero reaccionario, quizá sí. En Argentina mataría tener un tipo como éste, pero creo que es la propia flema anglosajona de su audiencia la que le permite estirar los límites del humor al, valga la redundancia, límite. Acá lo molerían a patadas en dos segundos.” Rubín asume que “con un público más sanguíneo como el nuestro, no sé si termina entero un programa. Ojalá hubiera más lugar para el humor absurdo, el humor negro y la provocación. De hecho, son formas de humor que coexisten con las más populares pero en un segundo plano y tienen sus propios canales de difusión. Lo que sería realmente bueno es que madurásemos como público para disfrutar del humor como reflejo más fiel de la inteligencia”.