CINE › EL ARRANQUE DE LA SELECCION INTERNACIONAL
Con lenguajes y estilos bien diferentes, In Between Days, de la coreana So Yong-kim, y AFR, del danés Morten Hartz Kaplers, abren hoy la competencia.
› Por Horacio Bernades
Películas representativas de tendencias bastante prototípicas del cine actual marcan el arranque de las Selecciones Oficiales en el Bafici. Una, la coproducción coreana-canadiense In Between Days (Selección Internacional) es lo que, a falta de mejor definición, podría catalogarse como “película intimista de personajes que se resisten a mostrar su intimidad”. Rubro en el que también podría incluirse El otro, de Ariel Rotter, que con una única función tuvo a su cargo, anoche, la inauguración de la Selección Oficial Argentina. Volviendo a la Internacional, la segunda película que presenta el Bafici en sus primeros días es la danesa AFR, el “falso documental” de este año, tras la rusa Los primeros hombres en la luna, que compitió el año pasado.
Algo de su experiencia personal habrá trasladado So Yong-kim a su ópera prima, In Between Days, teniendo en cuenta que la protagonista es una adolescente proveniente de Corea del Sur y radicada en Canadá, tal como la realizadora. Aimie, la protagonista, vive con su mamá en una ciudad tan helada como desolada (sólo consultando el catálogo del festival es posible enterarse de que se trata de Toronto), va al colegio y sale, muy cada tanto, con unas pocas amigas, coreanas también. Con la mamá tiene la clase de relación peleada, típica de toda adolescente. El colegio le interesa tan poco como para quedarse dormida en clase, y con sus amigas no es que se recomunique. Un día aparece un chico que le gusta (también asiático). Pero entre que Aimie no es de las chicas que van a la cama como si nada y el galán no termina de decidirse, In Between Days se va tiñendo de angst adolescente. O como se diga en coreano.
Bien lejos de esos típicos films del mismo origen que apuestan a los bruscos virajes de tono, In Between Days no cree en acontecimientos sino en movimientos internos de los personajes, que no necesariamente se traslucen en actos. Con unos pocos momentos confesionales, en los que se oye a la protagonista leyendo las cartas que le envía a su padre, mientras en imagen se reitera el desolado exterior urbano, In Between Days da la sensación de perseguir en Aimie eso que el título indica. No tanto unos pocos días en la vida de su protagonista como un “entredías”, instancia temporal cuya existencia sólo puede suponerse.
A la suposición invita también la danesa AFR, pero con una malicia y espíritu lúdico ausentes en In Between Days. Coproducida por Zentropa (la compañía que preside Lars von Trier), no son difíciles de adivinar, en la ópera prima de ficción de Morten Hartz Kaplers, los antecedentes del realizador en el documental. Más difícil es determinar qué hay de cierto y qué inventado en AFR. Quien ignore que Anders Fogh Rassmussen, el político al que la película hace mención, es el primer ministro de Dinamarca, supondrá que todo es ficción. O que se trata de un documental convencional. Más resbalosas se le presentarán las cosas a quien conozca el dato de antemano. Porque si el tipo es el primer ministro y el film se presenta como investigación de su asesinato, entonces todo es falso. Pero si es todo falso, ¿qué hacen ahí la esposa y la hija de Rassmussen, los políticos de su partido y hasta Kofi Annan y George W. Bush, prestando testimonio a cámara sobre la irreparable pérdida?
Tal vez el primer falso documental que no apuesta enteramente a la sátira, lo más interesante de AFR es su carácter de panfleto político encubierto. Aquí hay que abrir un paréntesis y explicar que el primer ministro danés es un exitoso político conservador. Sucede que Emil, el asesino (al que, para mayor revulsividad, interpreta el propio realizador), es un ex anarco-punk y prostituto masculino, que lo habría asesinado un poco por despecho (casado y con hijos, tras un amorío Rassmussen lo “patea”) y otro poco por convicción política. Lamentablemente, al cabo de una hora la película se pierde en subtramas que le hacen perder concentración e interés.
Ganadora de dos premios mayores en la última edición de Berlín, El otro, segunda película de Ariel Rotter tras Sólo por hoy (que había abierto este mismo festival, algunas ediciones atrás) representa un notorio cambio de marcha para este realizador, que luego de la liviana coralidad de aquélla se concentra ahora en un único personaje. Una vez más protagonista de una película argentina consagrada en el exterior, Julio Chávez es aquí un abogado casi cincuentón. Abrumado por las responsabilidades propias de la edad (un padre que chochea, un hijo inminente), durante un par de días Juan De Souza coquetea con la posibilidad de despersonalizarse y convertirse en otros, en una pequeña ciudad entrerriana. Versión a medio camino de El pasajero, habrá ocasión de dedicarle más espacio a esta película de marcado rigor estético, teniendo en cuenta que su estreno porteño se anuncia para dentro de escasas semanas.
(In Between Days, hoy a las 15.45 en el Hoyts 9. AFR, hoy a las 16.30 en el Hoyts 12.)
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