Cuestiones de familia
La transmisión es sanguínea”, sintetizan los Saavedra cuando repasan su historia artística. Los primeros recuerdos con la danza de los hermanos los sitúan a los 4 y 5 años subiendo al escenario con su padre, Carlos. “Nos llevaba a que improvisáramos. Bailábamos cualquier cosa, lo que nos salía. Y nosotros, caraduras, subíamos sin vergüenza, chochos. Eso después se fue tornando natural”, rememoran. “Somos privilegiados porque hemos tenido en nuestro padre nuestro profesor. Hasta hoy me sigo preguntando cosas sobre su danza, y a veces hoy me aparecen las respuestas a cosas que me planteaba cuando lo veía”, apunta Koki Saavedra.
–¿Qué cosas, por ejemplo?
Koki: –Cosas del misterio de la danza. ¿Por qué Carlos Saavedra zapateaba así, qué misterio hay ahí? El Chúcaro decía de él: este viene de la Salamanca, entró y salió embrujado. El no tuvo un ejemplo en la familia como nosotros, sus padres no tenían nada que ver con la danza, aunque tenía tíos que eran bandoneonistas, y en Santiago, claro, se bailaba mucho. De él heredamos algo que considero inusual, su creación del zapateo: muchos pasos que se hacen hoy son de él.
–¿Y de su tío Juan, qué aprendieron?
Pajarín: –Tenerlo a Juan fue descubrir más cosas todavía. Carlos Saavedra es la columna, pero era un tipo muy rebelde, un creador individual. En cambio, Juan fue bailarín del Chúcaro, por recomendación de mi viejo, que era amigo suyo, y fue el que hizo todo un proceso y una experiencia de ballet, de compañía, que nosotros también recibimos. También es el que nos abrió la oportunidad de salir, el que nos llamó a París. Estamos eternamente agradecidos tanto a Carlos como a Juan Saavedra, por habernos puesto en este camino.
Koki: –Si mi viejo estuvo en la Salamanca, Juan lo esperó en la vereda. Pasó por un proceso de aprendizaje muy fuerte para llegar adonde llegó. En su cuerpito hay un trabajo enorme, por eso es que baila así, no es solamente porque nació en Santiago del Estero o salió dotado. Juan es un buen ejemplo del trabajo y la inspiración llevados al cauce correcto.