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El proyecto de microóperas partió de la convocatoria a cuatro artistas no relacionados con el género, con el desafío de que pensaran óperas cortas. La intención era indagar cómo piensan al teatro musical artistas provenientes de otros campos creativos, en este caso dos escritores y directores de cine, Martín Rejtman y Edgardo Cozarinsky, un artista visual, Ruy Krygier, y el compositor Jorge Horst. Hoy y mañana se presentará la primera microópera, que surgió de una idea de Rejtman: rehacer en la sala del CETC la misma ópera que se representa en la Sala Principal del Teatro Colón –en este caso tocó en suerte La zapatera prodigiosa, de Juan José Castro, sobre texto de Federico García Lorca–. La nueva Zapatera fue creada por el compositor Marcelo Delgado y se convocó a estudiantes de la carrera de régie del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón para que propusieran propuestas escénicas, entre las que se eligió la de Susana Yasán y Pablo Maritano. La escenografía fue realizada por Magalí Acha, el vestuario por Maritano y la iluminación es de Marcelo Cuervo. La obra incluye una película dirigida por Elena Massa y participan, además del Ensamble La Bandina, que dirige Delgado, los cantantes Nora Plaza, Walter Schwarz, Johana Pisani, Beatriz Quinteiro, Carlos D’Onofrio, Ruth Abramowicz, María Laura Durante, Florencia Eliçabe, Ricardo Faurix, Carla Furlanetto, Pablo Galli, Olga Giollo, Ana Kogan, Ana Lassalle, Lourdes Lávaque, Carla López, Patricia Noussan, Mara Onzari Menéndez, Ana Piasek, Gustavo Seijo, Fedra Spinelli, Anahí Ribeiro, Tatiana Sandoval y Patricia Urruela. El jueves 13, viernes 14, sábado 15 y domingo 16 (todas a las 20.30 menos la última, que será a las 17) se ofrecerán las microóperas Establishment, concebida por Krygier, quien también compuso la música, basada en la ópera Rosa; The Death of a Composer del músico holandés Louis Andriessen, sobre texto de Peter Greenaway, donde participan los cantantes Romina Pallasy y Pablo Folladori y los actores Jessica Sloan, Laura Las Heras, Matías Mascarpone y Hernán Pruden; Raptos con libreto y puesta en escena de Eduardo Cozarinsky, inspirado en la música del bandoneonista Pablo Mainetti, y Tornando al rojo, con música y concepción de Jorge Horst. Esta obra no pretende ser una ópera, sino que transita las fronteras del género. Atravesando los cuatro elementos (aire, agua, fuego, tierra), presenta una historia no explícita, un cúmulo de acciones generadas a partir de la sensación de opresión que se manifiesta como metáfora de la destrucción y la disputa de poderes.