Aunque sufrió la ausencia de su padre desde muy temprana edad y se cuestiona absolutamente todo lo que dice y hace, Pais dice que jamás en su vida necesitó hacer terapia. Y casi que la descarta por completo como una posibilidad a futuro. “La gente que hace terapia –explica– es porque tapa todo y necesita analizarse para abrir esas puertas. Yo soy muy cruel conmigo misma. Soy la peor crítica de mi persona. De hecho, discuto mucho con el espejo. Si algo que haya dicho no me gustó, eso me acompaña todo el día. No lo puedo tapar. En mi familia siempre se dijo todo. Por eso a la gente que recién me conoce le choca mucho mi frontalidad, pero después se dan cuenta cuánto más sano es.” Escuchándola hablar, entonces, parecería que es más probable que ella haga de terapeuta a que se analice. “No creo que el único camino sea la terapia. No todos somos analizables. Hacer música, dirigir una película, escribir un libro te obligan a reflexionar y a pensarte como persona. Si no se cree en la terapia, no sirve que alguien se analice. Por más moda que haya hoy”, concluye.