–Con este caso se puede plantear un debate de ética periodística: ¿hasta dónde arriesgar? ¿Cuál es su posición?

–Yo tengo mi posición particular y varios personajes que hemos entrevistado para la película tienen diferentes posturas. Muchos de los camarógrafos dicen que cuando se está en situaciones de esa naturaleza, de riesgo, no se termina de percibir que lo que se ve a través de la lente es la realidad. Es como si estuvieras en el cine viendo una película, donde uno no estaría afectado directamente. Eso es lo que dicen otros compañeros que han estado en situaciones similares, que lo viven como una abstracción, como si eso que están registrando no fuera real; como si no estuvieran asumiendo un riesgo personal. Yo creo que es muy difuso el límite de hasta dónde hay que arriesgar. O sea, cuál es el límite de estar en una situación y que uno se sienta relativamente protegido por la profesión que ejerce. En la película, el jefe de Leonardo, Jan Sandquist, dice: “Los periodistas no se matan”. Yo creo que hay una línea delgada y que habría que encontrar un equilibrio en esa línea.

–Están los que van a decir o dijeron que Leonardo tenía una vocación suicida, lo que le quitaría mérito a la valentía que tuvo. Para contrarrestar esto quizá sirva saber cómo era la personalidad de Leonardo. ¿Usted se detiene en esto en Imagen final?

–Hay algo de eso. Leonardo trabajó registrando alrededor de dieciséis revoluciones, intentos de golpe y golpes entre 1969 y 1973. El no estuvo exento de estar en otras situaciones de riesgo, no de este nivel o calibre, donde directamente le disparan a él. Lo que cuentan sus compañeros es que era una persona muy decidida. Cuentan una anécdota sobre la última nota que hizo Leonardo en Argentina antes de irse a Chile y que fue la vuelta de Perón, en Ezeiza. El estaba en el palco y cuando empiezan los tiroteos todos se tiran al suelo, pero él es el único que se queda parado filmando. Los compañeros lo empiezan a agarrar de las piernas y a putear: “¿Qué hacés?”. El siempre quería tener la mejor imagen y, a lo mejor pensando en tener la mejor imagen, no medía cierto riesgo o no lo tenía del todo presente.