¿En qué quedó aquella idea de que las telenovelas son sólo un entretenimiento para el público femenino? ¿Es una concepción históricamente errónea o retrasada con las prácticas actuales? “Es una concepción tanto equívoca como atrasada”, afirma Mazziotti. “En sociedades muy patriarcales –argumenta–, la emoción está sólo permitida a las mujeres y la telenovela es un pretexto para poder dar rienda suelta a las emociones. También hay novelas, cada vez con mayor frecuencia, que incorporan elementos del policial, del suspenso, de la parodia humorística, de un modo adulto, que atraen públicos masculinos.” En efecto, ya no sorprende a nadie que telenovelas como las brasileñas, y en menor medida las argentinas y colombianas, se conviertan en el soporte preferido para comunicar campañas de salud y prevención. “El peso del tratamiento de temas de salud en las novelas –dice la especialista– es fuerte en Brasil, en México, si hablamos de producciones de nuestro continente. En la medida en que, en Brasil, la novela genera opinión, fomenta el debate. La novela se convirtió en el medio más apto para la difusión de temáticas de salud, de educación, de formación cívica. Pero hay que tener cuidado en cómo se abordan esos temas, en que lo que se dice sea preciso, correcto. Tampoco se puede convertir la novela en un pretexto para informar: hay que contar algo, porque si no la gente se aburre...”.