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Zou Wei Hai prefiere no llamar “circo” al grupo de acrobacia de Shangai que dirige. Básicamente porque, según explica, “los principales protagonistas de un circo son los animales. Y en la acrobacia el principal protagonista es la persona”. Y no cualquier persona, por supuesto: “Para llegar a integrar este grupo de acrobacia lo primero es lo físico. Se debe tener la estética del cuerpo equilibrada y la elasticidad. Eso es lo principal. También deben tener un sentido del baile innato”, explica Hai.
–¿Cómo se forman y se entrenan los acróbatas?
–Se divide entre horas de entrenamiento y horas de educación (lengua, matemática e idioma). Se requieren dos o tres años de entrenamiento básico y lo que siguen son tres, cuatro o cinco años (eso depende de cada uno) de entrenamiento artístico. Diariamente son cinco horas de entrenamiento relacionadas con la acrobacia, y otras tres horas por día relacionadas con la educación.
–¿Qué significa la acrobacia para la sociedad china?
–Es como si fuera un arte que transmite una forma de amistad, porque la acrobacia no requiere ningún tipo de idioma, tampoco se posiciona a una política o una religión: es actuación. Y a través de la actuación se van construyendo lazos de relaciones.