Tito Loizeau, el hombre que introdujo el fashiontainment en la Argentina a través del Barbie Store, explica que “el local es el primero en el mundo; no es que había una idea en otro lado y se importó”. “Yo soy accionista de una agencia de marketing promocional –dice– con la que ya habíamos hecho la casa de Barbie en Unicenter. Ante semejante éxito con algo tan simple, la idea fue crear el Barbie Store. Buenos Aires fue considerado un buen mercado de prueba, porque es muy trendy en cuanto a tendencias de moda. El consumidor es lo más parecido en Latinoamérica a un norteamericano o europeo”. Si el negocio principal es la venta de ropa en la boutique, Loizeau asegura que se propone “que las chicas vivan una experiencia”. “Es muy raro que una nena de siete años –sigue– pida ir a Grisino o a otra casa de ropa. Intentamos que la nena le pida a la madre ir a comprar. El lugar está armado para la nena. El tema es que hay una peluquería, una casa de té, entretenimiento... Aprenden a desfilar, se disfrazan, se pintan, se sienten adultas por un rato. Después las nenas se sienten nenas. La previa ha tenido un año de investigación. Se decidió que la nena se vestiría primero, y podría vestir a la Barbie como ella como un paso posterior. Queremos que se sienta adulta adentro, pero que afuera siga siendo una nena. El mundo Barbie puede llegar hasta los 11 años. Después la rechazan, y a los 15 vuelven.”