“Esta primera versión del Premio Binacional nos encuentra en una etapa de pleno desarrollo y madurez en el campo de las relaciones culturales entre Chile y Argentina”, señaló la ministra durante la entrega del premio. Urrutia recordó que desde la colonia hasta la independencia de ambos países hubo una rica tradición de intercambios, que culminó en la enorme cooperación que se produjo en el proceso independentista, con la creación del Ejército Libertador y su accionar para ayudar a consolidar la independencia de Chile y, luego, del Perú. “A lo largo del tiempo esta relación se fue enfriando, básicamente por los diferendos limítrofes, y hubo momentos en que la guerra asomó su perfil inquietante, como sucedió por última vez en 1978, a raíz del conflicto del Canal de Beagle, en el que ambos países llegaron a movilizar tropas y barcos a la región septentrional. Aunque finalmente las situaciones se resolvieron por la vía pacífica”, subrayó. Urrutia repasó las relaciones bilaterales después de la firma del Tratado de Paz y Amistad de 1984, del establecimiento de regímenes democráticos en ambos países y de la mediación papal, con la que se resolvieron, en 1991, los veinticuatro diferendos de frontera que estaban aún pendientes.