El coordinador general de Basta de Demoler, Santiago Pusso, hizo recuento de algunos logros. Entre otros la suspensión, por un año, de la demolición de edificios considerados “patrimonio cultural” y ya catalogados por el Ministerio de Cultura de la ciudad. La cantidad llega a 2100, pero aún se encuentran otros que no ingresaron a esa categoría y podrían ser afectados. Insistió en el tema de la especulación inmobiliaria que está cambiando al fisonomía de la ciudad, sobre todo en las zonas de Palermo, Recoleta, Caballito y el Centro. Uno de los varios edificios que preocupan hoy a esta ONG es la sede de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE). La organización cuenta con abogados voluntarios y ofrece un mail para acceder a los grupos de trabajo ([email protected]) integrados por idóneos como Laura Navarro y Marcelo Magadán, arquitecto y master en restauración. Preocupado por el descontrol en materia de mercado inmobiliario, este profesional señala que “hoy se ha logrado que éste no sea sólo un tema de especialistas, sino que se ha instalado en el ciudadano. Lamento que tengamos que estar aquí por defender a un teatro de la piqueta, pero, por otro lado, siento alegría de que cada vez más gente –en este caso actores y personalidades de la cultura– defiendan algo que nos interesa a todos. Lamentablemente, estos asuntos son manejados por unos pocos para hacer negocio en beneficio de unos pocos”. Basta de Demoler organiza acciones que reciben apoyo de distintos sectores de la sociedad. Ultimamente, el músico Antonio Birabent participó de una convocatoria frente al petit hotel que fuera propiedad de María Luisa Bemberg y su familia, en Montevideo 1250, interpretando temas de su último disco Demoliciones.