Como sociólogo, ¿qué análisis hace del discurso de asunción de Cristina Fernández?

–Cristina pronunció un discurso ejemplar, que fue muy apreciado por muchos sectores de la sociedad argentina. Habló con brillantez, con elocuencia, pero esto no quiere decir que haya sido realmente entendido buena parte del mensaje. Cuando Cristina se refirió al modelo social de acumulación, yo me pregunté cuántos periodistas entendieron lo que estaba diciendo. Una cosa es el proceso de acumulación de capital, una actividad microeconómica de generación de ganancias y de toma de decisiones de inversión, que no tiende a autoorganizarse, no tiene una lógica interna que le sea propia ni mucho menos que sea beneficiosa para el conjunto de la población. Un modelo social de acumulación apunta exactamente a crear las condiciones macrosociales para que el proceso microeconómico de acumulación de capital se desarrolle con la mayor coherencia posible, pero sobre todo con el máximo beneficio para el conjunto de la población. La Presidenta habló del modelo social de acumulación e inmediatamente se refirió a la imperiosa necesidad de hacer una fuerte redistribución del ingreso. Ella dijo que no iba a ser ni la gendarme de las ganancias de los empresarios ni alguien que interviniese en las internas sindicales. Estaba proponiendo un debate importantísimo, porque hablar de modelo social de acumulación supone hablar de un modelo político de gobierno y de un modelo cultural. Para obturar este debate, consciente o inconscientemente, los principales diarios le dedican cinco o seis páginas al caso Antonini. El debate en serio acerca de un proyecto nacional pasa por discutir cuál es el modelo social de acumulación que necesita el Estado: si va a haber una renta mínima universal que abarque a toda la ciudadanía, si se va a implementar una reforma impositiva a las rentas financieras, porque es una estafa que en la Argentina se puedan comprar o vender compañías que valen mil o dos mil millones de dólares sin pagar un centavo de impuesto. Hay que discutir todas estas cuestiones. Cristina dio el primer paso, y lo dio de manera ejemplar.