No sólo las producciones de cine y TV se ven afectadas con la huelga de Hollywood. Los “efectos colaterales” también se extienden a todo el negocio que se genera alrededor de la industria, desde premiaciones hasta convenciones internacionales. En la lista de los más damnificados se encuentran las famosas entregas de premios que se realizan en los dos primeros meses del año: los Globo de Oro y los Oscar. El primero, inicialmente pautado para celebrarse hoy, fue cancelado a comienzos de semana debido a que a la negativa del Sindicato de Guionistas de Estados Unidos de que sus miembros escriban los guiones para la ceremonia, se le sumó un boicot del sindicato de actores, que aconsejaba a sus miembros no concurrir a la fiesta. Ante la posibilidad de realizar una entrega sin el brillo de las estrellas y, por consiguiente, con poca audiencia para la NBC –cuya transmisión suele promediar los 20 millones de espectadores–, finalmente se suspendió la ceremonia y la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood anunciará los ganadores de la 65ª entrega mediante una breve y opaca conferencia de prensa que se realizará esta tarde. Incluso, Steven Spielberg, que iba a recibir el premio honorífico Cecil B. DeMille, deberá esperar hasta 2009. Por su parte, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood mantiene su idea de entregar los Oscar el 24 de febrero. Pese a que el Sindicato de Guionistas amenazó con realizar piquetes afuera de la ceremonia anual de premiación, lo que planteó la posibilidad de que la elite de Hollywood pudiese dejar de lado el evento en apoyo a los escritores en paro, una portavoz de la ABC –la cadena que posee los derechos de transmisión de la ceremonia de los Oscar– declaró que “la Academia de Artes y Ciencias del Cine está totalmente comprometida con realizar el espectáculo”. En cuanto al mercado internacional, la industria mira de reojo la realización de L.A. Screenings 2008, el encuentro audiovisual más importante del continente, pautado para el 15 de mayo en Los Angeles. Según supo Página/12, la realización de la tradicional feria no se vería afectada por la huelga, aunque los catálogos de los estudios reducirán su tamaño. La merma se hará visible, sobre todo, en los productos televisivos que corren detrás del aire, a diferencia de los cinematográficos, dado que los majors cuentan con los guiones de los proyectos para este año. El problema mayor se evidenciará en 2009, en caso de que la huelga se extienda más allá de septiembre.