Para debutar detrás de cámaras en pantalla grande, Olmi escogió a un elenco desconocido para el gran público: el uruguayo Delfi Galbiati (“por recomendación de China Zorrilla”), Emilia Paino (una finalista del reality show Expedición Robinson, que alcanzó cierta fama por haberle cedido el primer puesto a un participante más ambicioso), Ezequiel Díaz (acaba de participar de la película sobre el Che Guevara que dirige Benicio Del Toro, con libros de Steven Soderbergh) y Ana Celentano (Las vidas posibles). Mucho antes de comenzar el rodaje de Sangre del Pacífico, el director cuenta que les propuso a los actores realizar una suerte de seminario en su casa, como una manera de que cada uno vaya incorporando el clima del film. “Fueron dos semanas –dice Olmi– en que convivimos en casa para ejercitar el tono, porque cada actor ejecuta su instrumento de manera diferente. Fue una especie de laboratorio diario en el que los actores iban descubriendo sus instrumentos, para después sí pensar juntos cómo tocar la partitura.”

Esta llamativa manera de trabajar con los actores, en los días previos al rodaje, no tiene otra finalidad que maximizar el trabajo en filmación, la cantidad de tomas hechas sobre una misma escena y aclarar la búsqueda del film a todo el equipo. “En mis más de 30 películas como actor, siempre noté que los directores tienen miedo de trabajar con los actores, que no saben cómo tratar a quienes interpretan los personajes y le dan vida al film. Muchas veces el respeto por las funciones hace que no se ensamble la visión del director y la interpretación de los actores”, reconoce Olmi, que cuenta con la ventaja de conocer ambos mundos. Y da las pautas de su manera de jugar el juego de la actuación: “Prefiero –explica– apostar al riesgo creativo que a la seguridad del oficio. No quiero que los actores transiten cosas que les son habituales recorrer. Quiero abrir el espacio del juego para que cada uno pueda desarrollar su potencial. Todo el mundo tiene miedo a lo diferente. Permanentemente estoy motivando a los actores para que vayan por caminos a los que no están acostumbrados. No tengo dudas de que en el juego debe haber error: para que en el fútbol una volea se clave en el ángulo tiene que haber mucho entrenamiento detrás, muchos tiros a la tribuna, pero si no se intenta pegarle a la pelota de primera, nunca el jugador se dará la oportunidad de hacer semejante gol. Lo mismo pasa con la actuación.”