MUSICA
Los caminos de Cosquín
Todos los años, alrededor de la plaza principal de Cosquín transcurre gran parte de la gracia del festival: hay peñas para todos los gustos –desde las más familiares hasta las más rockanroleras– y suceden muchas cosas. Entre otras, se canta y se baila folklore sin limitaciones horarias. “La peña de Los Copla”, que funciona desde 1997, tiene ganado un nombre propio. Por allí pasa lo mejor de los nuevos exponentes del género, los mismos que mucho después el Cosquín oficial termina premiando, como la coplera salteña Mariana Carrizo o la cantante sanjuanina Claudia Pirán. Debajo del escenario, lo primero que sorprende al primerizo es la hinchada que espera la actuación del dúo para corear sus temas, como en un recital de rock o en la cancha, sólo que lo que se canta a garganta abierta es una chacarera o una zamba. La ambientación del lugar siempre llevó el sello del artista plástico fallecido Rafael Touriño Cantos, a quien está dedicado el último disco del dúo, Corazón sin tiempo. Los músicos dicen que no es fácil sostener este lugar: “Como todos los años, en Cosquín nunca se sabe qué va a pasar hasta una semana antes”, critican. “Vamos a defender la peña, es un espacio cultural importante para muchos músicos, pero tampoco nos vamos a inmolar: no la vamos a hacer a costa de cualquier atropello.”