Como actor, Bartís participó, entre otras, de las puestas de Leonce y Lena, de Georg Buchner, en 1982; Real Envido, de Griselda Gambaro, en 1983, y Memorias del subsuelo, de Dostoievski, en 1984. En cine, intervino en Plata quemada, de Marcelo Piñeyro (2000); El astillero, de David Lipszyc (2000); Invierno mala vida, de Gregorio Kramer (1997), y El viaje, de Fernando Solanas (1990). Desde 1981 dirige el Sportivo Teatral de Buenos Aires. Como director, Bartís estrenó, entre otras, Postales argentinas, en 1989; Hamlet, de William Shakespeare, en 1991, y en 1998 El pecado que no se puede nombrar, sobre textos de Roberto Arlt. En breve, Bartís comenzará la filmación, junto a José Glusman, de El acto, unitario para Canal 7, historia de ficción sobre los doscientos años de la independencia.