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Los rayos son uno de los fenómenos más espectaculares de la naturaleza. Estas tremendas descargas eléctricas pueden generarse dentro de una nube, entre dos nubes o entre una nube y el suelo. Y provocan terribles estruendos (los “truenos”) y fogonazos de luz que, de pronto, pueden iluminar a la más oscura de las noches (los “relámpagos”), fenómenos que el hombre observa de modo distorsionado pues, como se sabe, la velocidad de la luz es mayor a la velocidad del sonido. Durante una tormenta eléctrica, es prácticamente imposible predecir dónde caerá un rayo. Sin embargo, y por primera vez, un grupo de científicos de la NASA -la agencia aeroespacial del gobierno norteamericano- ha logrado una especie de “atlas mundial de los rayos”, un completo esquema global que muestra su distribución y comportamiento a gran escala.
Hasta ahora, todos los intentos destinados a generar mapas globales de la actividad de los rayos se apoyaban en las detecciones realizadas por sensores terrestres, repartidos en distintas partes del planeta. Estos aparatos ofrecen muy buenas mediciones locales, pero como su rango es bastante limitado, no permiten la cobertura de grandes regiones. Y así, los océanos, los mares, los desiertos y otras grandes áreas despobladas quedaban sin monitorear.
Pero las cosas cambiaron cuando el doctor Hugh Christian y su equipo del National Space Science and Technology Center -un organismo que depende de la NASA– comenzaron a trabajar con satélites meteorológicos equipados especialmente para la detección de relámpagos (que son, ni más ni menos, que la manifestación luminosa de los rayos, claro). Gracias a sofisticadas cámaras infrarrojas de alta velocidad, capaces de detectar relámpagos en las nubes aun siendo de día, los sensores de estos satélites norteamericanos fueron compilando información en todos los rincones de la Tierra. Y una vez procesados, esos datos dieron lugar a este inédito atlas de los rayos. “Por primera vez, hemos podido mapear la distribución global de los relámpagos, notando su variación en función de la latitud, la longitud y la época del año”, dice Christian.
Y bien: ¿qué dice el mapa? Por empezar, que las regiones más castigadas por estas brutales chispas atmosféricas (las zonas más oscuras del mapa) son la península de Florida, casi toda América Central, la zona del Amazonas y el centro y el sur de Africa, entre otras. Por el contrario, hay lugares donde los rayos son bastante raros, como la Antártida y la región del Artico (junto a sus áreas oceánicas adyacentes), el desierto del Sahara y la mayoría de las islas de Pacífico. ¿Y en nuestro país? El trabajo satelital de la NASA revela que en la Argentina y en sus países vecinos la actividad de los rayos es moderada.