Sáb 19.10.2002
futuro

EL SATELITE QUE CAERA DENTRO DE 50.000 AñOS

Mensaje al futuro en órbita

Por Marcelo Torres

Un cofre enterrado en un jardín que contiene algunos objetos emblemáticos y una carta a los futuros descubridores suele ser la forma en que se presentan casi siempre las cápsulas de tiempo. Adaptando la idea a la era espacial, un grupo de artistas y científicos franceses está empeñado en enviar al espacio una cápsula con datos de la humanidad actual que orbitará la Tierra durante 50.000 años, al cabo de los cuales retornará su legado al planeta y a los integrantes de una sociedad, por ahora, inimaginable.
El proyecto, denominado Keo –los tres fonemas más usados en el centenar de idiomas que más se hablan en el mundo–, se basa esencialmente en el envío al espacio de mensajes, fotos, dibujos, sonidos y videos encerrados en un pequeño satélite, que orbitará el planeta durante 500 siglos. Para participar en forma gratuita, no importan edad, idioma, nacionalidad ni credo, sólo hay que escribir un mensaje que no supere los 6000 caracteres en el sitio del proyecto en Internet o enviarlo por correo. El texto será procesado y añadido a las decenas de miles de testimonios que personas de más de 180 países han escrito ya en 60 lenguas diferentes. Todos estos datos serán grabados en discos de vidrio, con esquemas gráficos que permitan a los humanos (o a lo que fuese) del lejano futuro construir un dispositivo capaz de reproducirlos.

Firma genetica
Pero eso no es todo. Junto con los discos se enviará una lámina de vidrio grabada con los rostros de hombres, mujeres y niños de todas las etnias, así como secuencias de la doble hélice del ADN. Otra lámina mostrará datos astronómicos para indicar la fecha de lanzamiento. Y también habrá un diamante con cuatro pequeñas esferas de oro incrustadas que contendrán una gota de agua de un océano, una pizca de “tierra arable”, una burbuja de aire de la atmósfera y una gota de sangre humana a modo de firma genética de la especie. Todo este precioso material estará protegido dentro de una esfera de titanio y tungsteno –el cuerpo del satélite–, cuya capa exterior será de carbono.
Keo será lanzado en 2003 como carga secundaria en un cohete de la empresa francesa Arianespace. Como un gran pájaro arqueológico, una vez que Keo esté en órbita –a unos 1800 kilómetros– desplegará dos grandes alas que adquirirán movimiento al pasar de la sombra a los rayos solares. Así iniciará su tedioso viaje alrededor del mundo reduciendo su órbita día a día, milimétricamente, hasta caer de retorno a la Tierra dentro de 50.000 años. Y todo gracias a las leyes de la balística. En su caída, un fuerte destello advertirá de su presencia a los tal vez desprevenidos habitantes.
Aviso a los lectores de Futuro: Los interesados en dejar su mensaje para la posteridad pueden visitar www.keo.org, y la recepción termina el 31 de diciembre.

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