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La revista Nautilus (cuyo primer número –julio de 2004– aquí se comenta) se autodefine como “publicación académica independiente dedicada a la historia y crítica de la ciencia ficción hispánica, en especial argentina”. Lo cual, desde esa presentación, muestra la dificultad en la selección de su público ya que, como escribe en las palabras introductorias su director Carlos Abraham, a los lectores de ciencia ficción no les suele gustar el mundillo académico, ni los académicos suelen interesarse por la ciencia ficción. No obstante, Nautilus trata de acercar la ciencia ficción a la alta literatura, dándole al género estatuto crítico, y así la revista oscila entre el rigor académico y cierto desenfado que no duda en concederle mayor importancia a una cita de Rimbaud que a los ensayos más canónicos. Valga como ejemplo el análisis de la función política de A la sombra de los bárbaros, de Eduardo Goligorsky, donde el formalismo hace parecer artificioso un planteo interesante, como la posibilidad de considerar combativa la obra respecto al discurso del onganiato.
La entrega se completa con La narrativa de ciencia ficción en Colombia, un listado crítico de las obras más representativas de la ciencia ficción en aquel país, “La ciencia ficción y la literatura fantástica en Caras y Caretas”, original investigación de Carlos Abraham y Alejandro Zaccardi sobre la publicación de obras del género en la mítica revista dirigida en su primera época por Fray Mocho y Lovecraft: palabras humanas en torno a lo inefable, un conciso análisis sobre el terror al más allá en la obra del maestro de Providence.
El número uno de Nautilus promete más de lo que ofrece, y se ve en él la huella de lo artesanal; se verá con las siguientes entregas cuánto puede hacer esta revista para que la ciencia ficción supere su complejo de género menor.

Juan Pablo Bertazza