Isaac Asimov
Ediciones B
816 págs. (tomo I) y 731 págs. (tomo II)

“Isaac Asimov” no es solamente el nombre del famoso escritor y bioquímico estadounidense (1920-1992) nacido en Rusia. Es, además, una marca registrada en la ciencia ficción. El escritor de las patillas nevadas escribió todo lo que había que escribir: novelas en serie (Fundación, Imperio galáctico y Robots), recordadas notas de divulgación científica en la revista Muy Interesante, y sobre todo muchos, pero muchos cuentos regados en una multitud de revistas cuyos ejemplares a esta altura del siglo XXI son imposibles de conseguir.

Su obra es tan prolífica que es temporalmente inabarcable hasta para el lector más ávido; el término justo que le cabe es dispersa: imposible de analizar con una mirada global, panorámica, que panee sobre el paisaje literario y fantástico abierto por la imaginación de este autor. Por tal razón, dos libros que compendien sus cuentos son magníficamente bienvenidos.

Ahí está la novedad de estos libros con cuentos ya editados (como El pasado no ha muerto, Espacio vital o El hombre bicentenario) : la posibilidad de tener acceso en una sola compra a estos textos considerados clásicos que sacuden la incredulidad y la ponen en suspenso. En ellos Asimov exhibe todas sus facetas de escritor: a veces se planta como un experto ante un tema, a veces se muestra naïf, nostálgico e irónico, adornando todo con un estilo lacónico cargado con una fluidez increíble para transmitir una visión positiva de la ciencia y la tecnología que le deparó varias críticas.

Descubrir y (re)leer los cuentos de Asimov bajo el prisma del tercer milenio aporta una experiencia si no nueva, extraña: es que si bien sus cuentos perdieron esa carga de estremecimiento fantástico –el shock del futuro no es tan estridente ni descoloca al más creyente pues la realidad supera actualmente a cualquier ficción–, ganan cierto tono nostálgico como aquellas “guías del futuro” marcadas por Arthur Clarke al calor de la carrera espacial que precedieron la segunda ola de profetas: el lisérgico Philip K. Dick, el sagaz J.G. Ballard y el cyberpunk William Gibson.