–Bueno –dijo el Comisario Inspector–, quería contarles que el domingo pasado estuve visitando el Museo de la Ciudad, donde hay una muestra sobre Buenos Aires en los años 20 que me pareció fantástica, verdaderamente, con textos magníficos que acompañan los objetos expuestos y los iluminan. Pero el asunto es que vi un facsímil de la revista El Hogar, con una noticia curiosa y divertida sobre un chauffeur que quiso salvarse de una multa usando “la reciente teoría de la relatividad”.
–¿De qué año es la revista? –preguntó Kuhn.
–1926 –contestó el Comisario Inspector–. La reproducimos aquí en un recuadro.
–Estamos en ambiente relativista –dijo Kuhn– también, en la página 3 de Futuro, damos una noticia sobre la medición de la velocidad del campo gravitatorio.
–Así es –dijo el Comisario Inspector–. Pero vuelvo a insistir sobre la exposición, que recomiendo a todos nuestro lectores.
–Valdría la pena dar la dirección del museo entonces –dijo Kuhn–. Prometo ir.
–Es en Alsina y Defensa –dijo el Comisario Inspector–, más precisamente en Alsina 412, y el museo está abierto todos los días de 11 a 19, salvo, sorprendentemente, los sábados.
–Rarísimo –dijo Kuhn–, todo un enigma.
–Respecto del enigma del sábado pasado, bueno, los lectores en general contestaron que, efectivamente, es una variante del de los sombreros y dieron la respuesta correcta.
–Jorge Viale, por su parte, envió un enigma, que podemos proponer a nuestros lectores –dijo Kuhn.
–Me parece una excelente idea –dijo el Comisario Inspector–. Es así: dos amigos, Piotr e Iván... tal vez sea un enigma de Tolstoi.
–Deben ser dos mujiks –dijo Kuhn–.
–Veremos –dijo el Comisario Inspector–. Bueno, resulta que Piotr e Iván viven en la misma ciudad a pocas cuadras uno del otro. No, no son mujiks. Si lo fueran, se trataría de una aldea y unas pocas verstas. Pero bueno. Cada uno tiene en casa solamente un reloj de pared. Un día Piotr se olvidó de dar cuerda a su reloj...
–¿Dar cuerda? –dijo Kuhn– ¿Dar cuerda?
–Tolstoi –recordó el Comisario Inspector–. Piotr se olvidó de dar cuerda al reloj, y éste se paró. “Me voy de visita a la casa de Iván y de paso miro qué hora es”, pensó Piotr. Después de estar un tiempo en la casa de Iván, comentando la producción record de acero del año anterior...
–Esto no es ni Tolstoi ni Dostoievski –dijo Kuhn–. Perece crudo realismo socialista.
–Lo creo –dijo el Comisario Inspector–. La verdad es que el realismo socialista no pega mucho con la policía, que es toda exquisitez, alusión y metáfora simbolista. A pesar de lo cual, Piotr volvió a su casa y puso su propio reloj exactamente en hora. ¿Cómo hizo?

¿Qué piensan nuestros lectores?
¿Cómo hizo? ¿Van a ir a ver la muestra del Museo de la Ciudad? ¿Y por qué el museo está cerrado precisamente los sábados?

Correo de lectores

Solucion de la semana pasada
¡¡Hola gente de Futuro, hola Kuhn!!
Me gustaría que supieran, especialmente el Comisario Inspector, que es quien se refiere a la “displicencia” con que inicié mi anterior e-mail, que la solución al enigma de hace dos semanas (el de las 3 cajas con 2 bolitas negras, blancas o una y una...) sí fue obra mía; lo que no lo fue es el e-mail que les mandó mi concubino/marido/pareja, o como les guste llamarlo, desde “mi cuenta” de correo electrónico. (...)
Ahora, en referencia al enigma que plantea Daniel Lerner, leyendo la solución que manda Luis Perosio se hace muy fácil deducirlo, ya que puede establecerse un paralelismo entre números impares y sombreros negros, números pares y sombreros blancos, Juan sería ciego, Pedro tuerto y Ricardo tendría vista “normal”, así, Juan tendría en su espalda un número impar.
Planteado de otra manera, Juan nunca podría tener un número par, ya que si lo tuviese, Pedro hubiese acertado que él tenía impar, ya que si también tuviese par, Ricardo hubiese acertado que tenía impar. Sin embargo, al no acertar ni Ricardo, ni Pedro, podemos deducir que Juan tiene colocado en su espalda un número impar.
Saludos
Mariana Coppolecchia