Sábado, 9 de noviembre de 2002 | Hoy
FINAL DE JUEGO
Por Leonardo Moledo
El enigma del reloj,
en realidad, no es exactamente el mismo que el de Zenón dijo el
Comisario Inspector, ya que en el caso del reloj, la persecución
y encuentro de las manecillas son cíclicos y repetitivos. Los lectores
lo han comprendido, y resolvieron el enigma. Damos la tabla de soluciones más
abajo.
Sin embargo dijo Kuhn, yo creo que deberíamos, por
una vez, cumplir con nuestra promesa y hablar de las paradojas de Zenón.
Lo admiro mucho a Zenón de Elea: se supone que nació en
la colonia griega de Elea alrededor del 495 a.C. y fue discípulo de nuestro
viejo y querido amigo, el gran Parménides de Elea. Como todo el mundo
sabe, y como esta columna ha sostenido consecuentemente, para Parménides,
el Ser era Uno e Inmóvil, y todos los procesos de cambio y movimiento
eran simplemente una ilusión de los sentidos, un jugueteo del mundo sensible,
que nada tiene que ver con la verdadera realidad subyacente.
Esa es la razón de las paradojas dijo Kuhn. Naturalmente,
Zenón sabía que en la realidad Aquiles alcanza a la tortuga, sólo
quería mostrar que esa realidad empírica, el movimiento, era ininteligible
y llevaba de manera natural a contradicciones lógicas.
Pero primero recordemos la paradoja dijo el Comisario Inspector,
tal como se cuenta en las charlas informales de la comisaría. Aquiles,
el de los pies ligeros, corre más rápido que la tortuga. Pongamos
que Aquiles corre al doble de velocidad que la tortuga.
Esto sería, por ejemplo: Aquiles, 1 km por minuto, y la tortuga,
medio km por minuto. Pero Aquiles le da ventaja dijo Kuhn.
Naturalmente dijo el Comisario Inspector. Todo el mundo sabe
que le da ventaja: le da un km de ventaja, y se lanza la carrera. La pregunta
es ¿cuándo alcanza Aquiles a la tortuga?
Es obvio que no en el primer minuto dijo Kuhn, ya que, aunque
Aquiles recorre el km que le dio de ventaja, en ese mismo minuto, la tortuga
avanzó medio kilómetro, y está, en consecuencia, medio
km adelante.
Pero cuando Aquiles recorre ese 1/2 km, la tortuga, nuevamente, ha avanzado,
un cuarto de km, y está otra vez adelante.
Y cuando Aquiles recorre ese 1/4 km, la tortuga avanzó un octavo,
y cuando Aquiles recorre ese octavo, la tortuga avanzó un dieciseisavo
completó Kuhn.
Y así siguiendo. Siempre, cuando Aquiles recorre el espacio que
lo separa de la tortuga dijo el Comisario Inspector, la tortuga,
a su lento paso (la mitad que el de Aquiles) ha avanzado la mitad de ese espacio.
El planteo del buen Zenón es fascinante porque tiene una virtud que yo
llamaría literaria, y que es agarrar un problema en apariencia trivial
y mostrar de repente, y con claridad, que en realidad es un misterio complejísimo.
Digno de su maestro, el gran Parménides. Al fin y al cabo, todos sabemos
que Aquiles efectivamente alcanza a la tortuga, pero la gran pregunta es: ¿cómo
lo hace?, ¿cómo puede ser que lo haga? O dicho de otra manera,
¿cómo puede ser que la realidad, o la empiria, resuelva un problema
a todas luces insoluble lógicamente?
Bueno dijo Kuhn. Son las cosas que pasan por suponer que la
realidad es lógica, o que los fenómenos tienen una explicación
inherente. La verdad es que los fenómenos no tienen por qué tenerla,
no tienen por qué tener una explicación lógica, o una explicación
siquiera: simplemente, lo que nosotros hacemos (nosotros, las mentes pensantes)
es recortarlo como nos parece (o incluso como nos gusta) y superponerles una
explicación desde algunos parámetros, pero sólo eso: una
explicación razonable desde algunos parámetros para algún
recorte del fenómeno (y hasta me atrevería a agregar que el recorte
del fenómeno se produce según los mismos parámetros que
rigen la explicación).
Eso sería ir muy lejos dijo el Comisario Inspector,
es irrefutable, y no alcanza para comprender por qué esas explicaciones
después funcionan para aclarar fenómenos completamente diversos,
pero volvamos a Aquiles y la tortuga.
Bueno dijo Kuhn, veamos qué explicación puede
darse.
En realidad dijo el Comisario Inspector, la explicación
del fenómeno aparece con el análisis matemático en el siglo
XVII, por obra y gracia de Newton y Leibniz. Veamos dónde está
Aquiles, y dónde está la tortuga en cada uno de esos momentos.
t0 t1 t2 t3 t4 t5
Aquiles 0 + 1 + 1/2 + 1/4 + 1/8 +...
Tortuga 1 + 1/2 + 1/4 + 1/8 + 1/16 +...
Donde t0, t1, t2, etc., son los distintos pasos que hemos considerado. Ahora, justamente, éstas son sumas infinitas, que Zenón no podía hacer, pero Newton o Leibniz sí. La suma infinita:
1/2 + 1/4 + 1/8 + 1/16 + 1/32 +...
Da exactamente uno (1) si
yo sumo los infinitos términos. Y entonces, la suma de Aquiles es 2,
y la de la tortuga es 1, más uno que tenía de ventaja, 2. Es decir,
Aquiles alcanza a la tortuga cuando han recorrido dos kilómetros, esto
es, a los dos minutos.
Yo no sé si todo el mundo se convence dijo Kuhn. La
idea de sumar infinitos términos es muy complicada.
Veremos lo que dicen los lectores. Esta es la explicación, digamos,
newtoniana de la paradoja de Zenón.
Sí, es una explicación, lo admito, pero lo que no sé
es si es una explicación convincente.
Veremos qué dicen los lectores dijo el Comisario Inspector.
Ahora, yo quería hacer un pequeño juego cuántico sobre
Aquiles y la tortuga.
Queda poco espacio dijo Kuhn. La verdad es que tomó
más líneas de las calculadas.
Bueno dijo el Comisario Inspector, dejamos el juego cuántico
para la vez que viene y vamos a la solución del enigma del reloj. Estos
son los momentos en los que las agujas se juntan a lo largo de 12 horas.
Hora | Minutos | Segundos |
12. | 00: | 00 |
1. | 05: | 27 y 3/11 |
2. | 10: | 54 y 6/11 |
3. | 16: | 21 y 9/11 |
4. | 21: | 49 y 1/11 |
5. | 27: | 16 y 4/11 |
6. | 32: | 43 y 7/11 |
7. | 38: | 10 y 10/11 |
8. | 43: | 38 y 2/11 |
9. | 49: | 05 y 5/11 |
10. | 54: | 32 y 8/11 |
Ahora el enigma es: imaginemos que agregamos la aguja del segundero. ¿Cuándo se juntan las tres agujas?
¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Cuándo se juntan las tres? ¿Y los convence la suma de una serie infinita?
Correo de lectores
Respuesta al enigma con
reloj
Se puede resolver el enigma planteando una ecuación, donde las funciones
indiquen:
a) la posición de Aquiles a una hora determinada, b) la posición
de la tortuga a una hora determinada, para el intervalo entre la una y las dos
en que se va a dar el próximo encuentro.
a) y = x (la aguja de la hora siempre se encuentra entre indicaciones con su
número, es decir entre las tres y las cuatro la aguja está entre
el número tres y el cuatro).
b) z = -12 + 12 x (a la una el minutero está en el 0 o 12, proyectando
a las 0 hubiera estado en el -12; el segundo 12 surge de la razón entre
máximo número señalado en el reloj y la cantidad de horas
que transcurren en el intervalo dado).
En el momento del encuentro y = z,
por lo tanto x = -12 + 12 x
12 = 11 x; 12 : 11 = x
Entonces, Aquiles y la tortuga vuelven a coincidir en el siguiente horario:
1h 5 min 27 3/11 seg.
Juan Goldín
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