FINAL DE JUEGO
Donde se cuenta una nueva historia de Epicteto y se propone un enigma de padres e hijos
Por Leonardo Moledo
–Bien –dijo el Comisario Inspector–, me quedé con ganas de contar otra historia de Epicteto.
–No veo el inconveniente –dijo Kuhn.
–Bueno –dijo el Comisario Inspector–. “Nerón tenía por costumbre obligar a algunos patricios romanos a actuar delante de él vestidos de mujer y haciendo el ridículo. Un día, Floro cae repentinamente en casa de Agripino, a quien conocemos del Final de Juego del sábado pasado.
–Supongo que esto último no figura en la obras de Epicteto –dijo Kuhn.
–¿Por qué no? –dijo el Comisario Inspector– ¿Qué significa un pequeño desajuste temporal en medio de océanos de tiempo?
–Habíamos quedado en que Floro cayó en casa de Agripino –dijo Kuhn.
–”No sabes qué terrible desgracia” –dice Floro–. “Nerón me ha llamado para que haga el ridículo delante de él esta noche y toda Roma me despreciará”.
–”Entonces no vayas” –le dice Agripino.
–”Pero si no voy, me matarán” –contesta Floro–. “Tú sabes cómo es esto”.
–”Claro que lo sé” –dice Agripino–. “He recibido la misma invitación”.
“¿Y qué vamos a hacer?”.
–”Te lo diré” –contesta Agripino–. “Finalmente, esta noche, tú irás a hacer el ridículo delante de Nerón, y yo no”.
–”¿Y cómo sabes que yo iré y tú no?”
–”Porque yo ni siquiera me he formulado la pregunta”.
–Mmmm... –dijo Kuhn–. El estoicismo tiene sus vueltas. ¿Y qué pasó? ¿Lo condenaron a muerte?
–No –dijo el Comisario Inspector–. Al destierro, como vimos hace una semana. En fin; el sábado que viene, habrá más historias. Ahora quiero ver qué pasa con este viejo enigma que me contaron hace más de veinte años. Un hombre va al entierro de su padre. Al volver del cementerio, tiene un accidente de automóvil. Lo llevan al hospital y lo introducen en el quirófano, donde tres cirujanos se inclinan sobre él. Del grupo sale una voz que dice:
–”Este hombre es mi hijo. No lo puedo operar”.
¿Cómo puede ser?
¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Cómo puede ser? ¿Les gustan las historias de Epicteto?
Correo de lectores
Claudio, Flavio y Agripino
Creo que Claudio debería aceptar inmediatamente la poda que le ofrecen, a riesgo de que Agripino se declare en default. Después debe hacerle una palanca grecorromana a Flavio, por aprovecharse de las circunstancias.
Jorge Puccio