Indudablemente, la tecnología transforma día a día al mundo. Sin embargo, es bastante difícil de prever. Ocurre que la racionalidad tecnológica está sujeta a pequeñas y casi imperceptibles fluctuaciones que terminan por auto-organizarse formando sistemas técnicos complejos, cuyo devenir es más que indeterminable. De hecho, la mejor tecnología no es la que usualmente termina imponiéndose, ni el mejor producto el que más se vende. En esta edición de Futuro, el escritor y filósofo Pablo Capanna se adentra en los intrincados cursos históricos de distintos dispositivos tecnológicos que al parecer no siempre progresan de manera razonable, sino guiados por el azar.