futuro

Viernes, 11 de octubre de 2002

DISCUTEN FíSICOS, QUíMICOS, CARTóGRAFOS E HISTORIADORES

¿El primer mapa de América?

Por Marcelo Torres

En 1958, el magnate estadounidense Paul A. Mellon le pagó un millón de dólares a un experto en incunables por un raro manuscrito llamado “La relación tártara”. Poco después lo donó a la Universidad de Yale, Estados Unidos, con el objeto de que fuera estudiado. Transcurridos seis años, los científicos de la institución publicaron un detallado informe en el que, entre otros aportes históricos, se relacionaba al manuscrito con el Concilio de Basilea, celebrado por la Iglesia Católica entre 1431 y 1449. “La relación tártara” describe el viaje de un enviado papal a la tierra de los mongoles en 1296 y se estima que fue escrito hacia 1440.
También se reveló que el manuscrito contenía un mapa de esa época en el que –además de Europa, Asia, el Lejano Oriente y el norte de Africa– aparecían unas misteriosas tierras al oeste que los vikingos habrían visitado hacia el año 1000. El dibujo correspondía a un sector de América del Norte –la costa del Labrador y la tierra de Baffin– y figuraba en el mapa como isla de Vinland.
Bastaron esos datos para que se generara una encendida controversia respecto de la autenticidad del mapa. Controversia que continúa y abarca diversas ramas de la ciencia. Desde historiadores, que ven cuestionado el descubrimiento de América por Colón, cartógrafos, físicos y químicos que discuten las propiedades del pergamino y la tinta. Dos conferencias celebradas con posterioridad, en 1966 y 1996, aportaron únicamente nuevos debates y acaloradas discusiones entre los técnicos.
La última y reciente puja tuvo como protagonistas a científicos del Instituto Smithsoniano, la Universidad de Arizona y el Laboratorio Nacional Brookhaven, de Estados Unidos, por un lado; y, por otro, a un grupo de químicos del Colegio Universitario de Londres, Gran Bretaña.
La cuestión es así. Los primeros sometieron en el Laboratorio Brookhaven un pedazo del pergamino –de unos 7 centímetros– a un intensivo estudio de radiocarbono que comenzó en 1995 y concluyó este año. Utilizando un nuevo dispositivo ubicado en la Universidad de Arizona, el Espectrómetro Acelerador de Masa, los científicos estadounidenses determinaron la edad del pergamino mediante la técnica del carbono 14 cercana a 1434 (con un margen de error de 11 años), lo que lo sitúa en la misma línea que el Concilio de Basilea, tal como se había establecido en 1965.
La discusion cientifica
Al presentar los resultados del trabajo conjunto en la publicación especializada Radiocarbon, Garman Harbottle, investigador del Brookhaven y líder del proyecto, aclaró que “muchos estudiosos están de acuerdo en que si el mapa de Vinland es auténtico, es entonces la primera representación cartográfica conocida de América y su datación podría ser clave para establecer cuán amplio era el conocimiento que los europeos tenían de las tierras al oeste del Océano Atlántico. Si es un fraude, el falsificador fue seguramente uno de los más habilidosos criminales de la historia”.
En el otro ángulo del cuadrilátero se ubican los investigadores británicos, los químicos Robin Clark y Katherine Brown, que sostienen en un estudio publicado recientemente en Analytical chemistry que el mapa es un engaño, fraguado en el siglo XX. Se basan en la presenciade dióxido de titanio en la tinta, con objeto de envejecer el trazo, descubierto gracias a un estudio con rayos láser. El dióxido de titanio comenzó a utilizarse en las tintas a partir de 1923, por lo que todo apuntaría a un fraude. Sin embargo, Jacqueline Olin, investigadora en arqueometría del Instituto Smithsoniano, relativizó la presencia de ese producto, ya que en realidad se halla en cantidades ínfimas. “Podría ser resultado de la degradación química de la tinta original a través de los siglos –dijo– o incluso que estuviera presente en forma natural en la tinta usada en el medioevo.”
Por su parte, Harbottle defendió su trabajo diciendo que “mientras el resultado de radiocarbono no puede demostrar por sí mismo que el mapa es auténtico, sí es una importante nueva evidencia que debe ser considerada por aquellos que aseveran que el mapa es una falsificación sin mérito cartográfico”.
El mapa de Vinland (foto) , que mide 27,8 por 41 centímetros, apareció en Europa a mediados de los cincuenta sin referencia de haber pertenecido a una colección privada ni a ninguna biblioteca. Acompañaba al manuscrito “La relación tártara”, del que no hay ninguna duda sobre su autenticidad. El mapa contiene una inscripción en latín medieval que reza: “Por voluntad de Dios, después de un largo viaje desde la isla de Groenlandia hacia el sur, hacia las zonas más distantes del océano occidental, navegando entre el hielo, los compañeros Bjarni y Leif Eiriksson descubrieron la nueva tierra, extremadamente fértil y con vides, isla que llamaron Vindland”, conmemorando así la epopeya del navegante noruego. Bastante antes de Colón.

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