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De acuerdo con los datos relevados por el Centro Latinoamericano Salud y Mujer (Celsam), el 35 por ciento de las argentinas no cumple en la actualidad con su control ginecológico anual, el 15 por ciento de las mujeres consultadas nunca visitó al ginecólogo, el 13 por ciento lo consultó cada dos años y el 7 por ciento solamente consultó a un médico al tener hijos. Esta falta de salud ginecológica incide en la alta incidencia del cáncer de cuello de útero, prevenible mediante la rutina del papanicolau: en la Argentina se producen 5500 casos nuevos por año, frecuentemente detectados en etapas avanzadas de la enfermedad. Por otra parte, la falta de rutina en la consulta ginecológica impide la efectiva planificación familiar. Según la misma encuesta realizada entrevistando a 900 mujeres, el 29 por ciento de los embarazos ocurre por errores en el uso de los métodos anticonceptivos. Los descansos en el uso de la píldora, la colocación tardía del preservativo, la confusión con respecto al método calendario o la persistencia en el hábito de métodos “folklóricos” y poco eficaces como coitus interruptus, son los principales motivos de esas fallas de planificación familiar. Celsam recuerda, en sus conclusiones, que la visita al ginecólogo debe realizarse una vez al año, y que en ella deben llevarse a cabo el papanicolau y la colposcopia, además del examen mamario. La mamografía, salvo indicación médica en contrario, se recomienda desde los 40 años.