La música configura un espacio de liberación en el que se unen la emoción, los discursos y la belleza. Una posibilidad de la modernidad es unir estilos que fueron en un primer momento distantes pero que hoy se reúnen como en un festín al que todxs están invitadxs. Hay algo de blues en la cadencia, un poco de jazz en la forma de cantar sosteniendo las notas, rock en el sonido de las guitarras, punk en la actitud, folk en cierto tono autóctono, pop en las melodías que enganchan, soltura en la fluidez de las canciones y un estilo que se hace propio en Ojos que ladran, el primer disco de Paula Maffía Orgía.

Una de las integrantes fundadoras de Las Taradas y de La Cosa Mostra, una de las mujeres que más intensidad llevó a la música actual, presenta su proyecto solista en un disco con 11 canciones que logran hacer del eclecticismo una voz personal. En Orgía, la palabra que acompaña su nombre, confluyen la impronta provocativa y la idea de que los cuerpos, los sistemas y los géneros pueden deambular en libertad, unirse sin generar roces y desembocar en la imagen de goce real. Todos mezclados en disonancia con lo híbrido, la clave está en lograr que la unión no parezca forzada ni impuesta, sino producto de la espontaneidad. Su ser mujer se relaciona en ese hacer lo que se le canta y cantar sin pedir permiso ni dar explicaciones.

“La fina línea entre adaptarse y resignar”, entona en medio de vientos y un acordeón que visten a las canciones de autonomía. “Quiero escucharte decir con palabras todo lo que callás”, “debería aprender a perder el tiempo”, son algunos de los deseos que se expresan en esta orgía, conformada también por Carla Nicastro, Clara Testado, Nati Sabater y Lux Pérez, con Lucy Patané, Ignacia, Nahuel Briones y Jazmín Esquivel como invitadxs. Hay dos temáticas que deambulan en el disco, una tiene que ver con el tópico del mar, un tema que ya aparece en Las Taradas y su indumentaria de marineras. “Soñé que construía un barco, soñé que sabía lo que hacía y con este me lanzaba al mar una noche sin luna. La estrella y el timón, viento, conduce a mi intuición”, dice la letra de “Córcega”. La otra temática se adivina desde la tapa, en la que se la ve a ella con un bozal en el bosque, y tiene que ver con el mundo animal. “Yo maté al lobo”, uno de los temas con más potencia, y “Por qué ruge la leona” son dos canciones que coquetean con lo salvaje y con la necesidad de decir y hacer. “Nos miramos, nos medimos, nos amamos”, asegura hablando de ella y el lobo. La mujer se vuelve leona sin jaula que acecha en el bosque esperando su tiempo de atacar. También hay lugar para un poco de ternura y reclamo de amor en canciones como “Nenita” y “Mar de caricias”.

Su búsqueda musical se emparienta de algún modo con Tonolec y Mimi Maura desde lo contemporáneo más cercano y se inspira en mujeres como PJ Harvey y Nina Simone. Por momentos, parecería que quiere abarcarlo todo, que no hay fondo ni huella a la que no quiera llegar, una sobreexigencia que se manifiesta en probabilidades. Pero con el paso de las escuchas, cuando las canciones empiezan a quedarse, se va perfilando la totalidad y cobra sentido.

Desde sus proyectos grupales, Paula Maffía se empezó a ganar un lugar en la actualidad musical y también en una escena que la reconoce por su compromiso al lado de la igualdad de derechos para la mujer, contra la violencia de género y el aborto ilegal. En Orgía, no hay una intención abiertamente política, pero sí una intervención en la realidad a través de correrse de la solemnidad y el encierro, como un grito sutil y desesperado que agita para abrirse paso o como la protagonista de una leyenda popular. Con 32 años, está delineando un camino propio y la espera todo un futuro de bestialidad y encanto.

Paula Maffía Orgía se presenta hoy a las 21.30 en el teatro Caras y Caretas. Sarmiento 2037.