Ella es capaz de decir todo lo que piensa sin filtros, arrojar a la cara de su interlocutor el caudal insolente de sus ideas, sin importar la reacción, la aprobación o el silencio; ella mira fijo cuando habla, segura y firme, como una piedra que no se va a romper ni cayendo desde el cielo hasta la tierra; ella da órdenes sin titubear, decide y maneja el avance de la acción; ella hace lo que quiere cuando quiere, por afuera de las reglas y las imposiciones de un afuera al que le cuesta entender; ella enfrenta el entorno con la verdad porque su ética profesional la guía como un estigma inquebrantable, mentir es dejar de ser; ella no encaja, encajar no es parte de su concepción del mundo, aunque a medida que pasan los episodios se empieza a aflojar, empieza a darse cuenta que relacionarse con los demás la aleja de su soledad, esa que lleva desde siempre y que ya no siente tan confortable. Ella es Saga Nóren, la protagonista de la serie escandinava Bron/Broen, que cuenta la historia de casos policiales acontecidos en relación al enorme y descomunal puente de Oresund, que une Suecia con Dinamarca.

La serie, que ya va por su tercera temporada, se centra en Saga y su relación con el entorno, pero también en el vínculo estrecho, aunque a veces tirante, que existe entre Suecia y Dinamarca. Bron quiere decir puente en sueco y broen en danés, Saga es una policía que se encarga de resolver asesinatos, y como los hechos criminales suceden en el puente, en el medio de los dos países, comienza a trabajar con Martín, un policía danés. Toda la trama está compuesta de dobleces y espejos, dobles que se corresponden y a la vez se rechazan. Saga es fría y seria, demasiado sincera y demasiado frontal; Martín es simpático, pero la hipocresía y la falsedad imperan en su personalidad. Ella es soltera y no tiene problemas en ir una noche a un bar y preguntarle a un hombre que le gustó si quiere ir a su casa para tener sexo con ella; no quiere hablar, ni que le mientan, quiere ir y tener sexo, sin preocuparse por lo que pueda pasar después. "¿Para qué vamos a ir a cenar si ya nos acostamos?", se pregunta con una espontaneidad un poco genuina y un poco ingenua. Martin está casado, tiene hijos y un horizonte de infidelidades, a su mujer y también a su mejor amigo, con el que trabajó mucho tiempo. Su personalidad impulsa el caso de la primera temporada.

Todo comienza cuando encuentran el cuerpo de una mujer dedicada a la política en el medio del puente. Saga y Martin trabajan en equipo para intentar revelar qué fue lo que pasó, pero se van a encontrar con nuevas muertes, la mayoría relacionadas con personas que viven por fuera del sistema, homeless, indigentes, inmigrantes, el punto negro en la vida soñada de los países escandinavos. Todo parece estar bien en Suecia y Dinamarca, tienen uno de los mejores estándares de calidad de vida del mundo, la igualdad de género es más alta que en casi el resto de los países, el desempleo es ínfimo y las posibilidades ilimitadas; pero no saben qué hacer con lxs inmigrantes, así que mejor ocultarlxs y seguir como si nada, pero en Bron/Broen hay un cuestionamiento a esa sociedad que prefiere invisibilizar su existencia y no dar una solución humanitaria al problema.

La serie rompe con el estereotipo de mujer policía y con la idea creada sobre los países nórdicos, y busca generar algún tipo de reflexión que trascienda el mero entretenimiento, que también está presente de sobra, con el clima de tensión, el suspenso, y las imágenes naturales de lugares hermosos. Además, cada episodio abre con la canción "Hollow Talk" de Choir of Young Believers, una melodía hipnótica y encantadora, la apertura perfecta para iniciar cada trama de esta creación que ya se ganó un lugar privilegiado en el universo paralelo al cine de las series.