María Laura Razzari prefiere que le digan Malala y es la creadora del primer Bloque Feminista en el Concejo Deliberante de Chivilcoy. Ella fue víctima de violencia de género y todavía sigue siendo víctima de la justicia, un camino frente al que no alcanza cerrar la puerta. Malala fundó una organización civil y, en el 2013, fue tercera candidata a concejala por el Frente Renovador. En el 2016 uno de los dos varones que estaba por arriba suyo saltó a diputado provincial y quedo un lugar vacante que le tocó ocupar a ella. “Se disolvió la alianza política que me había conducido y al sentirme profundamente comprometida con la necesidad de que el feminismo alcance la centralidad decidí fundar un monobloque feminista para trabajar por la despatriarcalización de la política”, explica Razzari que pretende instalar una mirada violeta en el Concejo Deliberante y propone la búsqueda de la transversalidad política que la binaridad propia del patriarcado impide alcanzar.

Sus propuestas pasan por darle perspectiva de género a la educación y la creación de dispositivos que mejoren la seguridad de las victimas. Pero, además, intenta crear una red de concejalxs de los 135 municipios bonaerenses y organizar un Congreso de Políticas Públicas de Género. Sus proyectos son: crear una secretaría de género en cada localidad, que se dejen de apoyar certámenes de belleza, que se fomente el futbol y rugby femenino y que se controle a los agresores con métodos tecnológicos que complementen el uso de botón antipánico en las victimas. “Estoy absolutamente convencida que la tarea educativa y de acompasamiento político que este Bloque Feminista puede ofrecer a la provincia es la clave para concretar las políticas públicas con perspectiva de género que hacen falta para garantizar una mejor democracia con mayor acceso a la justicia y niveles de equidad”, enfatiza Razzari.