Viernes, 5 de febrero de 2016 | Hoy
RESISTENCIAS
La antropóloga e investigadora Celeste Perosino fue la primera trabajadora despedida de la Subgerencia de Promoción de los Derechos Humanos del Banco Central de la Nación, otra de las áreas estratégicas que dejaron de existir como parte del desmantelamiento del actual Gobierno sobre las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Esta catarata de despidos arbitrarios, que Perosino entiende como actos de venganza, no logró sin embargo contaminar su trabajo en Acciones Coordinadas Contra la Trata, organización desde donde coordina el relevamiento de denuncias y desapariciones de adultxs y menores de todo el país junto con la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), a cargo del fiscal Marcelo Colombo.
Por Laura Rosso
Hasta la semana pasada, antes de ser despedida, Celeste Perosino trabajaba en la Subgerencia de Promoción de los Derechos Humanos, área que dependía del Banco Central de la Nación Argentina, y cuya política apuntaba a realizar una revisión de lo ocurrido durante la última dictadura con el propósito de contribuir a la memoria y colaborar con la Justicia. Fue creada por Alejandro Vanoli en diciembre de 2014 y desde allí se coordinaba con la Gerencia Administrativa Judicial las respuestas a todos los oficios que tenían que ver con causas de lesa humanidad. Ese trabajo se cortó de un día para el otro a causa de los despidos ocurridos en el BCNA. Así, mientras Marcos Peña, jefe de Gabinete, habla de "proceso de organización" en una conferencia de prensa junto al Ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, Celeste se ve impregnada por esta situación que atraviesa con la angustia de los despidos en su lugar de trabajo -más de cincuenta personas-, donde no hubo contemplación alguna. En el equipo de su área trabajaban cuatro, tres fueron despedidas. El jueves 28 de enero fue su último día. Trabajó hasta el momento de irse, cuando recibió una llamada telefónica de Recursos Humanos. Le dijeron que tenía diez minutos para retirarse. Fue la primera en ser echada, despido que interpreta como una venganza, ya que su puesto es mucho menos importante que otros en términos escalafonarios. Recién llegada de una reunión en el Ministerio de Trabajo cuenta que "la audiencia fue levantada porque las autoridades mandaron a dos personas que no tenían ningún poder de negociación". "Así es como se están desguazando áreas estratégicas del Banco Central que ejercen control sobre el sistema financiero". Recuerda que cuando la llamaron de Recursos Humanos destacaron su excelente CV, sin embargo la obligaron a abandonar inmediatamente su puesto de trabajo. Por eso, Celeste subraya cierta animosidad y discriminación. La comisión gremial interna la trató de "paracaidista de Vanoli" y no se presentó en el Ministerio de Trabajo para acompañar a quienes piden su reincorporación.
Entre la lucha por las reincorporaciones y dando la pelea, Celeste continúa con su trabajo en Acciones Coordinadas Contra la Trata (ACCT), una ONG creada en diciembre de 2012 y de la que es una de sus fundadoras. Allí coordina el trabajo de relevamiento de denuncias de desapariciones de todo el país –adultxs y menores– que desde 2013 realizan junto con la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), a cargo del fiscal Marcelo Colombo. Como arqueóloga, trabajó con el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en identificación de personas desaparecidas durante la última dictadura. Durante el tiempo que trabajó en la Subgerencia de Promoción de los Derechos Humanos hicieron un libro con documentación de los archivos del Banco Central e información histórica sobre lxs trabajadores desaparecidxs. Estaba terminado pero no llegaron a publicarlo antes del 10 de diciembre y la nueva gestión no permitió su publicación. El libro contiene información sobre los vínculos de la SIDE con el Banco Central, información sobre las actas secretas (más allá de las desclasificadas), información sobre las Actas Corrientes del directorio de esa época, e información sobre la deuda externa y sobre un instrumento que se utilizó para su estatización, llamado Bono de Absorción Monetaria. De la noche a la mañana la Subgerencia de Promoción los Derechos Humanos dejó de existir, como parte de la sistematización del desmantelamiento de las políticas vinculadas a los procesos de Memoria, Verdad y Justicia (ver recuadro).
Haciendo foco en el trabajo que realiza en AACT, donde pasa sus días actualizando registros e informes de búsqueda, Celeste define: “Para que haya delito de trata no es necesario que se cumplan las tres etapas. Solo la captación o el transporte o la acogida en la explotación puede constituir el delito de trata. Esto es bien importante. Hay dos contextos que son los prototípicos de la trata en nuestro país, la explotación sexual y la laboral. Recientemente, también se reconoció como trata la reducción a la servidumbre en contexto de narcotráfico. Nosotros trabajamos más que nada con trata sexual. Queremos lograr un registro de mujeres desaparecidas por trata, para lo cual falta mucha información porque hay que leer las causas de las búsquedas para ver si los contextos son contextos posibles de trata. Un dato interesante es que la mayor parte de las mujeres que nos informaron como desaparecidas o búsqueda de paradero abierta son chicas entre once y dieciocho años. Ese es un dato interesante porque en general las redes de trata captan a chicas muy jóvenes. Para nosotros el delito es mucho más poroso. Hay que hablar de explotación extrema. Por ejemplo, chicas que son captadas por narcos, que les pagan las zapatillas, el cyber o les compran un celular, y eso no está registrado en ningún lado como trata y es explotación sexual de menores. Pero no están ni desaparecidas ni perdidas. Es un fenómeno difícil de agarrar porque la realidad es mucho más amplia.Y son prácticas naturalizadas cuando hay derechos vulnerados.”
–Llega un punto, después de pasada una cantidad de años de la desaparición, que las familias habilitan la búsqueda por estas vías. Nosotros estamos militando la creación de un banco genético. Eso ayudaría muchísimo. Hay actualmente dos proyectos de ley, uno a nivel nacional presentado por Horacio Pietragalla y otro a nivel de la ciudad de Buenos Aires presentado por Gabriela Alegre y Claudia Neyra, en el que hemos participado de su redacción. Esperamos que puedan avanzar porque sería un paso significativo en lo que respecta a la búsqueda de desaparecidos en democracia.
–Las últimas causas con las que tuvimos contacto, tanto de búsqueda de paradero como de hallazgos de NN, denotan que las medidas tomadas para resolver los casos son entre escasas y nulas. Esto no es representativo de todas las investigaciones pero no se puede dejar de exponer que en algunos casos esto ocurre. En algunas investigaciones creemos que se debe a que los fiscales deben ser capacitados en algunas medidas de búsqueda que evidentemente no se encuentran tan extendidas y en otros casos creemos que hay cierta desidia de los operadores judiciales. Hay que trabajar, investigar estas causas, siendo bien conciente de que detrás de un hallazgo de NN o de una persona desaparecida hay una familia que está buscando y que necesita una respuesta certera y lo más ágil posible. Si se revisan los últimos casos identificados entre 2014 y 2015, vemos que la tendencia es que el lapsus temporal entre que la persona buscada es vista por última vez y su hallazgo como NN va de dos horas a una semana. Casos que se identificaron nueve, cinco, o cuatro años después, podrían haberse resuelto en poco tiempo después de la desaparición de la persona buscada. Allí hay una responsabilidad del Estado que es ineludible.
–Hay que trabajar y concientizar tanto a los que tienen la causa de la búsqueda como a los que tienen la causa del hallazgo para que entiendan que detrás de cada búsqueda hay una familia que necesita saber qué pasó. No son causas a las que se les dé mayor importancia. Necesitamos una Justicia mucho más comprometida.
–En principio no se puede realizar una relación directa, esto es, desaparición de mujeres es igual a trata. Sin embargo, se estima que el 98 por ciento de las personas captadas con fines de explotación sexual son mujeres y en ese sentido podría estimarse que parte de las mujeres que están siendo actualmente buscadas, han sido víctimas de este delito. Ahora, es muy importante ser conservadores acerca de las causas por las cuales desaparecen las mujeres a la hora de informar al público en general pero sobre todo a las familias que las están buscando ya que las mujeres que están siendo buscadas pueden ser víctimas de diversas violencias. Lo fundamental, sobre todo para las familias, es poder aportarles datos certeros sobre el contexto de desaparición, y no especulaciones. Hay que reconstruir lo ocurrido en base a certezas. Una mujer puede desaparecer por las redes de trata pero también por otros delitos. Por eso es tan importante que en las causas de sus búsquedas se trabajen líneas paralelas de investigación y no cerrarse sobre una única hipótesis. En principio es muy aventurado decir mujer joven es igual a víctima de trata.
–Sí, para los femicidios en las redes de trata. Con respecto a la trata tenemos un desconocimiento bastante amplio. Se empezó a visibilizar en 2008, 2009, aunque es un fenómeno históricamente transversal. Eso hace que se desconozcan los rasgos constitutivos de este delito.Para nosotros la trata no le pasa a cualquiera. Por lo general, son mujeres vulneradas desde muy pequeñas, con derechos cercenados desde el primer momento, en contextos pobres y en algunos casos violentos que hace que se vean expuestas al circuito de la trata y la explotación sexual. Hay casos en los que las chicas se van por contextos intrafamiliares muy violentos y terminan captadas por redes de trata. Esa fuga hace que después estén expuestas a otras violencias, a otros delitos. Para nosotros está muy marcado el sector de mujeres que está atravesado por el delito de la trata. Son los sectores más vulnerados. Por eso creemos que la trata se combate con inclusión social, con información, con empleo digno y estable y con educación. Si bien hay secuestro, como en el caso de Marita Verón, también hay mucho ingreso al circuito por engaño en las condiciones laborales. Esto hace que las personas que ingresan a ese mercado son las que menos pueden elegir. Para nosotros la trata antes de ser una cuestión de política criminal, es de exclusión/inclusión. Lo que lleva a las mujeres al circuito de explotación sexual es la ausencia/presencia del Estado. Lamentablemente, en el delito de trata el Estado no está ausente sino presente de la peor manera. La explotación sexual y laboral no existe sin la participación de operadores estatales que permiten y facilitan el delito: policías, jueces, etcétera. Y es producto de las economías neoliberales que expulsa a ciudadanas y ciudadanos de las economías formales para incluirlos en estos sistemas de explotación extrema. Estos sistemas no excluyen deliberadamente sino que lo hacen con el fin de reinsertarlas en otros circuitos, como lo es el mercado de la explotación que llamamos trata de personas. En este sentido, habría que tensionar las categorías de exclusión/inclusión para entender que forman parte de una misma dinámica.
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