MONDO FISHION
› Por Victoria Lescano
Junto con el furor de las camisas eduardianas, los cuellos barrocos, el uso y abuso de los encajes, el bigote finito a lo Little Richard y los pasos de baile más sexuales de la historia del rock y el pop, luego de Elvis, Prince fue pionero en juegos de androginia y de género desde 1984. En el desfile póstumo referido a su música y a su estilo que transcurrió luego del anuncio de su muerte, se impuso la galería de estilos consagrada a sus botas de taco alto en diversidad de modelos, colores y texturas. Como destacó la periodista Vanessa Friedman desde su columna en The New York Times : “el zapato de taco alto fue el recurso más frecuente en su vestuario. Durante cuatro décadas, Prince usó tacos altos con estado de semidesnudez, un trench y la bombacha de una bikini, que lució en el film casi autobiográfico Purple Rain. Los usó con túnicas de brocatos, con trajes pastel, para el festival Coachella, o con ropas doradas”. Un bitácora que se desprende de esas imágenes indica que en 1986 vistió zapatos turquesas al tono de un pantalón en el concierto en Londres, que calzó zapatos de taco blancos con lunares negros engamados con un traje de polka dots en 1988 – los llevó en una gala del Radio City Hall de Nueva York, durante los premios Grammy-, que cuando en 2013 fue fotografiado a la salida de un restaurante en Estocolmo llevaba tacones blancos y una chaqueta de gamuza negra o bien que cuando participó y cantó en el Superbowl circa 2002 llevaba zapatos naranjas al tono de su enterito.
Sobre la procedencia de su colección de 3000 pares de tacones, trascendió unos días más tarde, desde un noticiero: los miles de pares de zapatos fueron realizados desde 1980 a la actualidad por una firma de zapatos teatrales con base en Los Angeles, más precisamente en “Sunset Boulevard”. Se trata de la zapatería André n°1, que supo abastecer de stilettos a Liza Minelli, Diana Ross, Madonna y Lady Gaga. El zapatero Gary Kazanchyan, el sobrino del fundador de la firma, reveló sobre las arbitrariedades del “Príncipe”: “Nos pedía que fueran muy livianos, no había diferencia en las hormas, los tacos podían ser de madera a la vista o bien estar forrados al tono de los conjuntos y en ocasiones nos pedía que tuvieran luces”.
Si bien Prince innovó en usos indumentarios, sus ropas nunca fueron tan proclamadas por los diseñadores, ni por la industria como las de David Bowie. Sin embargo, algunas influencias y cruces recientes entre el fetichismo de Prince en las pasarelas remite tanto a la colección Pilgrim, abocada a recreaciones de estilos del siglo XVIII por el colectivo de diseñadores y djs agrupado en Hood by Air, como al recurso favorito de Prince para los escenarios. Los tacones para hombres asomaron también en la colección invierno 2015 de Slimane para Saint Laurent y en Gareth Pugh. Se llegó a decir que Prince había recurrido a una operación en su cadera para compensar el abuso de tacones, pero lejos de usarlos para lucir más alto, cuando se le preguntó acerca del disparador de su fetiche, no vaciló en responder: “los uso porque a las mujeres les gusta mucho usarlos”.
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