SudaKuir es una editorial que nació para dar cero respuesta. Al contrario. Surgió para canalizar la cantidad de preguntas que, a sus gestoras, les disparaban ciertas lecturas. Sus gestoras: inmigrantes de clase media con carreras universitarias, doctorados y maestrías en proceso. Chicas sudacas con sensibilidad queer. Por eso la nombraron Suda-Kuir. Editan, compilan, comparten, circulan, liberan pequeños-grandes textos que son su manifiesto.

Mujeres, mestizas, feministas, independientes, autogestivas, inmigrantes, micropolíticas. Ellas también tipean, diagraman, retocan, diseñan. “No importa del área de la que tú vengas; no importa si eres ingeniera agrónoma o profesora en letras o si eres fotógrafa o performer o politóloga. Importa que puedas sentir que los textos te hacen ruido, mucho ruido, y de diferentes maneras.”

Su primera publicación fue Desarticulaciones feministas decoloniales / Herramientas demoledoras. El libro salió adelante gracias a la alianza con Proletario Ediciones y a su dueño, “un chico muy argentino” que les compartió los secretos del oficio. El contenido, en cambio, es inclasificable: textos liberados de pensadoras feministas por aquí, fanzines por allá, y todo tipo de expresiones artísticas y sesudas.

“¡Comercialmente somos un fracaso!”, festejan. Porque se ríen de los números. No creen en las convocatorias masivas. Están en el tráfico de conocimiento. Creen en el romanticismo y la fuerza política de los libros libres y del Creative Commons y el Cyborg. Tienen un lugar en la F.L.I.A. de Buenos Aires y ahora también en la de Bogotá. Es más, en la próxima Feria del Libro Independiente y Alternativo no sólo estarán con un stand sino que participaron de la organización/festejos de los 10 años de encuentros. “Nos gusta estar en la calle, acompañar marchas, luchas que se generan en la Argentina; saludar a la gente, compartir lo que hacemos, generar relaciones que nos ayudan a crecer. No es que publicamos y ya. Estamos siempre con esa idea de ida y vuelta.” Y ese ida y vuelta se postea en su Facebook casi en tiempo real.

Ahora trabajan sobre el Popurrí 2; la convocatoria es a través de su linda web y está absolutamente abierta, porque otra de las ideas es no canonizar a las autoras. Ojo: quien escriba Suidakuir en el buscador de Google recibirá miles de versiones del SuDoKu. Hay que tipear sudakuir.hotglue.me/. En septiembre esperan tener el Popurrí 2 ya publicado.

En plena época de la Web 3.0, ¿por qué eligen imprimir en papel? Para que quienes no puedan juntar 500 pesos para comprar un libro igual puedan leer a Dona Haraway; para quienes amamos subrayar y hacer notas al pie durante las lecturas; para quienes tienen largos viajes en colectivo y no pueden pagar un plan de datos en el celular o en la tableta.

“Empezamos a juntamos hacia el 2014, cuando en Colombia se generó una movida grande por el paro agrario. Eramos muchxs colombianxs, estudiantes que ya tenemos carreras hechas pero cursamos masters o especializaciones. Nos sensibilizamos políticamente por lo que pasaba en nuestro país. Así surgió una idea asamblearia llamada “Yo me paro por Colombia”. Y nos dimos cuenta de que lo que se había generado excedía un tema agrario, excedía la discusión política sobre esa realidad. Tenía que ver con la coyuntura, la época, el exilio, la identidad. Eramos más de 60 personas de Colombia, Brasil, Argentina, Chile. El escenario Buenos Aires nos permitía encontrarnos con gente afín. Creamos comisiones, una de género. Hacíamos juntadas itinerantes y nos preguntábamos qué queremos hacer, por qué estamos acá, qué preguntas nos estamos haciendo, cuál es la urgencia de estar cerca, y lo interesante de sentarnos a leer y a debatir, deconstruir y llegar a nuevas preguntas”, coinciden. Y así germinó lo que llamaron el Colectivo SudaKuir.

Sus publicaciones, presentes en la proxima F.L.I.A.: 4 y 5 de junio, Quinquela Martin y Hornos, Barracas.