La legislatura bonaerense aprobó la ley de paridad por la cual las mujeres van a ocupar la mitad de los cargos públicos electivos en la Provincia de Buenos Aires. La norma fue impulsada por Sebastián Galmarini y defendida por Malena Galmarini y Marcela Durrieu, referentes de género del Frente Renovador y apoyada por el Frente para la Victoria y Cambiemos. La norma todavía tiene que ser promulgada por la Gobernadora María Eugenia Vidal y tendría vigencia en las elecciones del 2017 en las elecciones para legisladorxs, concejales/as y consejeros/as escolares. De esta forma el cupo femenino pasaría del 30 al 50 por ciento. Y, además, cuando se produzcan vacantes por renuncias o fallecimientos, también debería respetarse la paridad de género entendida por la constancia en el DNI en base a la ley de identidad de género.

A nivel nacional también se discute la paridad en el Congreso de la Nación pero la diputada Mayra Mendoza (FPV) pide que no se vote a paquete cerrado junto con el voto electrónico sino, igual que en la Provincia de Buenos Aires, de forma individual para que puedan dar su apoyo a la equidad de género y no al voto electrónico -propuesto por el oficialismo- con el que no concuerdan.

En cambio, en Neuquén, el gobernador Omar Gutiérrez propone dar marcha atrás a las acciones por la igualdad y que se elimine el cupo femenino, sin porcentaje ni pisos para la equidad de género. La propuesta legislativa que se discute en Neuquén es subir el cupo del 30 al 50 por ciento, igual que se consiguió en la Provincia de Buenos Aires, pero Gutiérrez quiere volver la participación política femenina a foja cero y dejarla sin ningún marco que equilibre las múltiples discriminaciones que obstaculizan la participación de mujeres y trans en la carrera electoral.