Viernes, 6 de junio de 2008 | Hoy
VIOLENCIAS
En el marco del Primer Congreso Latinoamericano sobre Trata de Personas, se exhibirá hoy el documental de Pedro Barbadillo, Mariposas del Mekong, sobre la reducción a esclavitud de las mujeres camboyanas en Malasia. Antes de la presentación, el director dialogó con Las12 después de ver sobre el terreno –en la zona de la Triple Frontera– cuánto se parecen los métodos usados en Asia y en Latinoamérica a la hora de capturar jóvenes para explotarlas sexualmente.
Por Elisabet Contrera
Ella se llama Veasna. Tiene 22 años. Es oriunda de Camboya, uno de los países asiáticos más pobres de la región de Mekong. Recuperó su nombre hace cuatro años cuando escapó de la red de trata de personas que la mantenía recluida en la habitación de un hotel de Malasia vigilada por cámaras. Para sus proxenetas, ella era el número CA-102, o en su defecto Goldie, su nombre de guerra. Tenía 17 años cuando perdió su identidad y su libertad. La historia de esta joven acaba de ser vista y debatida en la Argentina. Es la protagonista del documental Mariposas del Mekong, una mariposa de un total de medio millón “cazadas” por los traficantes en esa región de Asia. Su director, el español Pedro Barbadillo, dedicado hace más de 20 años a la realización de documentales sobre problemáticas sociales, recorrió diferentes puntos del interior del país presentando el documental. Posadas fue su primera parada. “Es un lugar estratégico por su cercanía a la Triple Frontera. Por allí salen las mujeres que luego ingresan a España”, explicó el director en diálogo exclusivo con el suplemento Las12. Córdoba y Buenos Aires fueron los otros dos destinos de la campaña. Veasna tenía planeado acompañarlo en la recorrida, pero su permiso de residencia provisoria en España la ponía a un paso de ser deportada a Camboya y sufrir las posibles represalias de sus captores.
Recién llegado de Posadas, el director español contó a Las12 el proceso de creación del documental, el objetivo de este viaje, y adelantó, en exclusiva, su decisión de seguir rodando documentales sobre este delito: uno de ellos contará la historia de Marita Verón.
–Es un delito que está en pleno auge, en los últimos años registró un crecimiento exponencial. Creo que el documental representa una denuncia pública contra este negocio y una forma de concientizar a la población sobre las formas de reclutamiento y de organización de las redes que se expanden por todo el mundo. Lo paradójico de esto, y a la vez muy simbólico, es que presenté el documental justo el mismo año –2007– en que se cumplían 200 años del tratado contra la abolición de la esclavitud.
En ese proceso de investigación y de escucha, Barbadillo conoció a Veasna Chan, la protagonista de Mariposas del Mekong. Una vecina la llevó engañada con una promesa de trabajo hasta la frontera con Tailandia. Allí fue vendida a una red de prostitución. Pagaron por ella 25 dólares –precio alto por ser virgen– y fue trasladada hacia Malasia, país ávido de clientes con dinero para pagar sexo.
–Por su resistencia férrea y continua contra la situación que estaba viviendo, ella resume la situación de miles de mujeres de todo el mundo. Cada día de ese año que estuvo cautiva se opuso a la esclavitud, hoy lucha contra su adicción a la droga –se llama YaaBaa– impuesta por los proxenetas, sigue buscando a sus compañeras del burdel y trabaja en la creación de una cooperativa de confección de ropa donde trabajarán otras chicas que lograron escapar de las redes de trata.
El documental empezó a rodarse en mayo de 2004 y finalizó en febrero de 2005. En ese tiempo, el director y su equipo recorrieron Camboya y Vietnam. Su punto final fue una habitación del hotel Paradise, en Malasia, donde había estado recluida Veasna. “Entramos con una cámara oculta en busca de sus amigas, filmamos algunas imágenes hasta que se dieron cuenta de que había algo raro y el dueño del local llamó a la policía”. Veasna no los acompañó en ese viaje. “Ella se había escapado de la organización y estaba en deuda. Además hay una complicidad enorme en Malasia, La chica logro escaparse tres veces de la organización, pero la policía la volvía a llevar al prostíbulo”, explicó. En esa recorrida, fueron víctimas de amenazas y de persecuciones de los proxenetas de la zona. “Fuimos a la zona fronteriza entre Malasia y Tailandia, donde se calcula que pasan cerca de 25 mil mujeres y la policía nos quería sacar las cámaras. Luego de eso, unos hombres nos persiguieron con unas motos, nos amenazaron miembros de la mafia”, contó.
–Sí, hay una complicidad política espeluznante. Te doy un ejemplo: en el viaje por Malasia, una organización contra la trata denunció casos en un prostíbulo. La policía hizo un allanamiento y liberó a 84 mujeres y detuvo a ocho personas. Esas personas fueron liberadas a las pocas horas y fueron en 10 camiones a recapturar a las mujeres que estaban siendo asistidas por la organización denunciante. Esto a plena luz del día.
–Estaba en un encuentro de la Red No a la Trata en España cuando me hicieron una entrevista miembros de la Red Nosotras en el Mundo –ONG de Córdoba– que me propusieron venir y decidí anexar al itinerario Posadas porque es un punto estratégico de reclusión de mujeres a través de la Triple Frontera. Allí, pude ver las similitudes que hay entre Argentina y los países asiáticos. Pese a las distancias culturales y geográficas, las redes implementan las mismas formas de captación y sometimiento de sus víctimas. Fue muy productiva la charla con organizaciones, especialistas y jueces que asistieron a la proyección.
Veasna está libre de la red. Con la ayuda de un cliente vietnamita, que logró sortear los controles de la zona y las lentes de las cámaras puestas en todo el edificio, ella se descolgó desde el tercer piso en el que estuvo encerrada. Abajo la esperaba el joven que la iba a llevar a la frontera. Durante dos días huyeron en coche hasta Tailandia, donde debió volver a prostituirse en la calle para comprar el YaaBaa, la metanfetamina que la habían obligado a consumir y pagar un pasaporte con el que volver a Camboya.
–El documental está centrado en la trata, y no en el cliente. Pero me gustaría hacer una producción contando ese costado del fenómeno, saber qué piensan, por qué se demanda a la mujer como objeto sexual, como objeto de consumo rápido y barato, por qué se mira para otro lado en este tema, por qué se sostiene la esclavitud sexual.
–Esto le cambió la vida completamente. Al principio, le daba miedo la idea de visibilizar su historia, que sus amigos y compañeros que no conocían su pasado la rechazaran, pero todo esto provocó el efecto contrario. Ella ahora está más contenida y apoyada por su entorno. Además, el documental no se detiene en detalles morbosos sino que resalta la lucha por liberarse de sus proxenetas. Cada vez que veía el documental se ponía a llorar, ahora al finalizar las proyecciones reclama por la vida de sus amigas y el medio millón de mujeres de la región que cae en manos de estas redes.
Su compromiso en la lucha contra la trata de personas no conoce de fronteras ni de límites temporales. Luego de conocer en profundidad la problemática en la Argentina ha decidido que su próximo proyecto será abordar el delito en América latina. “Según informes internacionales, España es la puerta por donde ingresan a Europa las mujeres reclutadas en Latinoamérica, en especial de la Argentina, Brasil y Paraguay”, sostuvo. Ese nuevo documental tendría un capítulo reservado a la historia de Marita de Verón, joven tucumana secuestrada por una red de prostitución, y la lucha de su madre, Susana Trimarco, por encontrarla.
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