“Bueno, ¿sabes?, es algo, obviamente, que, ¿sabes?, en principio en la campaña, ¿sabes?, creo que las rebajas de impuestos, ¿sabes?, iban a expirar y necesitaban ser revocadas.” Así tal cual respondió Caroline Kennedy cuando el periodista del New York Daily le pidió su opinión sobre las rebajas permanentes de impuestos a grandes fortunas que proponía Bush. La vaguedad de esa respuesta no fue una excepción: en la entrevista correspondiente, el New York Post calculó que Caroline repite “¿sabes?” cada 10 segundos. Tras la ronda de encuentros con la prensa que tenía por objetivo afirmar su candidatura a ocupar la banca de senadora por Nueva York que Hillary Clinton dejará vacante en los próximos días, la menor del clan Kennedy está cayendo a pique en las opiniones: luego de haber apoyado a Obama en primarias (y en la campaña), de haberse decidido a actuar como política y opinar en consecuencia, el aura dorada de su padre, su madre, su hermano y su tío parecía acompañarla. Hasta hace un par de semanas, todo indicaba que la banca era inevitablemente suya. Pero al hablar se complicó: “Aún parece menos una candidata que la idea de una candidatura. Fuerte pero vaga, ampliamente indefinida y al parecer decidida a permanecer de ese modo”, evaluó el New York Times. Y aun peor: quien suena con más posibilidades de ir al Senado es el fiscal general del Estado, Andrew Cuomo, ex marido de la prima de Caroline.
Luego de haber alimentado a las revistas de chismes durante meses gracias a su embarazo a los 43, sin pareja estable (al menos conocida) y con una voluntad férrea para impedir que la prensa se entrometa en su vida privada, Rachida Dati, la ministra que supo ser estrella del gabinete de Sarkozy, finalmente se convirtió en madre. Trascendió que parió a una nena a la que bautizará Zohra (en homenaje a su abuela, Fátima-Zohra), que el Ministerio de Justicia tendrá a su titular en poco más de “una semanita”, y que Dati insiste en preservar el nombre del padre. Como había sucedido meses atrás en España con la ministra de Defensa, Carmen Chacón, es la primera vez que una responsable de tan alto rango en el gabinete da a luz estando en funciones, por lo que Dati no para de sumar records: inmigrante magrebí, mujer, de derecha, madre soltera...
La píldora anticonceptiva “tiene consecuencias devastadoras para el medio ambiente”, porque hace que se liberen toneladas de hormonas en la orina a nivel global. En el mismo sentido, es “una de las principales causas de la infertilidad masculina en Occidente”. ¿Cómo? Pues porque esa contaminación ambiental “es uno de los motivos por los que el hombre en Occidente produce cada vez menos espermatozoides”. La cosa no termina ahí: recurrir a la píldora es inmoral, habida cuenta de que “funciona en muchos casos con un efecto abortivo, ya que puede ayudar a expulsar un pequeño embrión humano”; viola “al menos cinco importantes derechos humanos”, a saber: a la vida, a la salud, a la educación, a la información y a la paridad de sexo (!). ¿De dónde salen todas las citas? Pues de “Humanae vitae, una profecía científica”, el artículo que José María Simón Castellvi (presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas, Fiamc) publicó hace unos días en L’Osservatore Romano, hic est, el diario oficial del país del Papa.
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