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He aquí, para confiar en aquello de que del ridículo no se vuelve, un ir y venir de mujeres maduras por la pasarela en busca del grito de admiración, alguien que por fin exclame “no parece que tenga los años que tiene”. Se trata de un programa de concursos, que bien podría ser la hermanita ¿menor? de America’s Next Top Model, el que conduce Tyra Banks quien –entre bifes y cortes extravagantes– regala crisis en 90-60-90. Para girar la tuerca, She’s got the look (Ella da con el look) busca entre sus postulantes a la más grandiosa modelo, sí, pero de más de 35 años. La “top model” Kim Alexis pide que sus elegidas sean “el paquete completo”, esto es, además de parecerse a las modelos púberes ahora, sin ayuda de cirugías evidentes, deben mostrar que tienen algo adentro... Para encontrarlas, se acompaña de un jurado de tres que valida el rastreo: Sean Patterson, presidente de una agencia de modelos, Beverly Johnson, una de las primeras modelos afroamericanas, y un estilista de famosos que derrapa humor ácido, Robert Verdi.

No debería sorprender esta nueva exposición de miserias humanas tratándose de un programa que se encuadra completamente en el formato reality, que bien podría ser definido como todo lo que vive detrás de la muralla (no la de Berlín, más bien la de San Isidro) que cuidadosamente y con gran ayuda de los medios la sociedad se ocupa de levantar. Ese espacio donde la normalidad y el éxito dejan encerradas a las personas con sobrepeso, las anoréxicas, los adictos, los gays y lesbianas en closet, los artistas de tercer nivel, los que desentonan al cantar, y ahora a las viejas. Entiéndase por vieja toda mujer mayor que supere los 35. Claro que entre las postulantes a top model, las que más chances tienen de calentar la pantalla son las señoras que más allá estén de las cuatro décadas. Ernestine, con sus 59 años, no teme moverse bestialmente, vestida con animal print al cuerpo. Jodie, de 40, ofrece desnudarse para el jurado porque el vestidito que lleva no la favorece. Con sus 63, Sharon acaba de enviudar y se anima a la pasarela por primera vez. Paula, de 36, dice ser la evolución de la mujer. Eleanor, de 54, se disparó una tonelada de pintura y el parecido con Donatella Versace es increíble. Hope, de 35, es ama de casa y dice que su secreto más oscuro es que le gustan los hombres más chicos... de 18. Y así.

La idea del reality es mostrarnos cómo quienes nunca van a llegar, se pelean entre ellos por hacerlo. Sólo queda uno para rescatar de detrás del muro de las vergüenzas. Saldrá por un rato para el ocio de los televidentes y luego se volverá a perder en el olvido. Con el llanto y la emoción al orden del día, She’s got the look se posiciona en falso como una segunda oportunidad en el mercado fashion, para el ama de casa que no se animó o la modelo que abandonó el market. Entre pruebas de pasarela, fotografías al desnudo y otras pruebitas, el premio gordo va por la tapa de una publicación y un contrato en la agencia de Patterson, Wilhelmina Models. Todo queda en familia.

Mientras en Estados Unidos ya se anuncia una segunda temporada para junio –con muchas más crisis y nuevos galardones–, Ella tiene el look no hace más que recordarles a las señoras que con más de 30 ya no se puede ser sexy pero se puede ser ridícula. Así que ni lo intenten, salvo que haya una cámara y un productor dispuesto a pagar por ello. A chequear entonces los seis capítulos de una hora que ofrece el canal de música VH1 y ver si quedan las flaquitas que mejor disimulan la edad o las mujeres con curvas pronunciadas y las marcas del tiempo.

She’s got the look se emite los jueves a las 22 hs por VH1. Repite sábados a las 20 hs y domingos a las 9 y 23 hs.