Viernes, 10 de julio de 2009 | Hoy
DIEZ PREGUNTAS
Noelia Mourier, cantante, compositora y guitarrista de “Coco”, una de las revelaciones de la escena rocker local y dueña de un estilo cautivante que conjuga androginia, rescates del trash y de la alta costura con absoluta elegancia. ¿Como lo hace?
Por Victoria Lescano
–Violator, de Depeche Mode, fue y es mi disco preferido. Esa portada de Anton Corbijn con la rosa roja y los videos que dirigió me parecen sublimes, como también todo el trabajo que Peter Saville hizo en Factory Records, desde Unnknown Pleasures, de Joy Division, a la portada de Movement de New Order. También destaco su trabajo en moda con Jil Sander y John Galliano. En cuanto a cine, Kubrick me parece muy inspirador por lo ecléctico de su estética y el ritmo musical con el que narra.
–A los seis años vi el clip “Rapture” de Blondie y quedé fascinada. Era la primera vez que una mujer rapeaba, era blanca y era Debbie Harry. Y después llego Madonna: Like a Virgin fue el primer cassette que me compré con mi plata. Creo que a cualquier niña de mi edad le modificó en algo su aparición.
–Empecé a tocar el piano de oído cuando tenía seis años, después estudié órgano doble teclado de pedalera en Yamaha, y a los doce empecé a tocar la guitarra.
–Coco es una banda de rock, todo está tocado, con Andi queríamos eso desde que empezó el proyecto, pues veníamos de “Ondas Martenot” donde no había batería, los ritmos eran lanzados desde una computadora así como también mucho teclado y fantasías. Con L. Camorra es muy distinto, yo soy su coequiper pero las canciones son de él y es él quien decide la estética; el proyecto “Varias Artistas” de Lucas Marti son canciones también escritas por él para ser cantadas por distintas mujeres.
–Es la foto de mis piernas saliendo de la ventanilla de un auto y que luego fue calcada sobre madera. La interpreto como alguien que se rinde, que se entrega y luego se deja llevar.
–En el escenario llevo a cabo la fantasía de vestirme como siempre quisiera estar y porque la manera cómo uno se viste es la primera forma de darte a conocer a los demás, pero entiendo que no da para andar así. De ahí que en la vida cotidiana practico una versión del escenario adaptado a lo social, más tranquilo.
–En 1999 empezó a surgir el movimiento Palermo y eso era la “vanguardia”. Esa tendencia se volvió masiva y al alcance de todos y como todo lo que se populariza fue perdiendo la autenticidad. Recuerdo que era un caos hacer diez desfiles en un día solo con 15 modelos y con media hora entre un show y otro. Igual era muy divertido, trabajábamos entre amigos, desde los peluqueros a los maquilladores.
–Bastante plana, sin desafíos estéticos. Son muy pocos los que dicen algo real.
–Mi amiga Tota Vergara es mi asesora personal desde años. Ella es coleccionista y por ende puedo acceder a prendas que jamás estarían a mi alcance. Azzedine Alaia, Yves Saint Laurent, Chanel. También uso vintage. Cuando usamos diseñadores argentinos generalmente recurrimos a Ay not Dead, Mishka, Cora Groppo, Prisl, Ona Sáez, Lupe y las chicas de Tremendo. Es muy difícil encontrar una vestuarista que entienda el concepto de vestir una a banda, generalmente quieren imponer su estética. Trabajamos también con Eleonora Margiotta y con Paula Kasakoff y nos completa el estilo el peinado que nos hace nuestro amigo Oscar Roho.
–Es similar a la diferencia entre el cine y el teatro, y la visión de cerca y de lejos. Cuando el show transcurre en un lugar chico la ropa supone más lectura de detalles y cuando es en un lugar grande buscamos una imagen total que no pase desapercibida... En todo caso, igual, nunca estamos disfrazadas ni uniformadas. Mientras que Andie con el bajo busca representar una estética más masculina mediante camisas, pantalones y botas, yo, que toco la guitarra y canto, compenso dándole el toque de femineidad al show, con calzas, minifaldas y tacos.
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