Viernes, 2 de octubre de 2009 | Hoy
PERSONAJES
Hace 32 años, Roman Polanski aceptó haber violado a una niña de 13 utilizando para eso drogas y alcohol. Estuvo preso 42 días y en cuanto pudo huyó de los Estados Unidos hacia Francia desde donde no podrían extraditarlo. Sin embargo, el largo brazo de la Justicia lo alcanzó ahora, en Suiza.
Por Ana Craig
Tenía tan sólo trece años y el ya en 1977 archifamoso director de cine, Roman Polanski, quería sacarle fotos para Vogue. Se sentía la nena más linda de todos los colegios de California. No tendría que esperar a ser grande para poder disipar la angustia del anonimato que se sufre en ese globo de bucles dorados y palmeras llamado Hollywood. Su madre veía en su hija concretarse los sueños de su adolescencia y dejó que Sarah posara desnuda para la lente del artista.
La sesión de fotos fue en la mansión de Jack Nicholson mientras el actor no estaba. Polanski estaba bebiendo champagne y le convidó a Sarah, la veía muy tensa, le dijo que el alcohol podría soltarla y que eso la haría lucir aún más bella. Probó (¡qué iban a decir sus amigas cuando les contara!), ella tenía trece, no sabía decir que no. Después de haber posado desnuda en la bañadera, él la invitó a entrar a una habitación oscura. A ella le dio miedo, tenía trece. “Dije: `No, no. No quiero ir ahí. No, no quiero hacer esto’. Y después no supe más qué hacer. Estábamos solos y no supe qué podía ocurrir si le hacía una escena. Sólo estaba asustada y después de demostrar alguna resistencia, pensé, bueno, supongo que voy a irme a casa después de esto”, confesó Samantha Geimer, 26 años después, en el programa de Larry King.
Cuando llegó a su casa, subió corriendo al cuarto y llamó a su novio. Su hermana escuchó la conversación y pegó un grito que retumbó en toda la casa: “¡Máaaah, Samantha tomó alcohooool y tuvo relaciones con el fotógrafo!”. La madre llamó a la policía y Samantha se vio obligada a contar los detalles de la sesión fotográfica contra su voluntad: “Yo no quería hablarlo con nadie. Me sentí forzada a contar lo que pasó repetidas veces. Y al final no fue tan malo lo que habíamos hecho. Mi mirada como víctima, mis sentimientos como víctima o mis deseos como víctima, nunca fueron considerados”.
Polanski fue acusado de violación, acoso o abuso sexual, depende del diario que se lea. Lo cierto es que el director de El bebé de Rosemary tuvo sexo con una menor de edad, mediante el uso de alcohol y drogas y eso se condena también en Hollywood. Se declaró culpable por violación, estuvo preso por 42 días bajo evaluación psiquiátrica y se escapó a Francia para ser protegido por el pacto de extradición en el que el país europeo puede negarse a que sus ciudadanos sean juzgados en Estados Unidos.
Desde 1978 vive en París. Allí finalmente pudo formar la familia que siempre soñó, después de que, en 1969, una secta de Charles Manson asesinara a su esposa, la bella actriz Sharon Tate, embarazada de 8 meses. Se casó con la actriz y modelo Emmanuelle Seigner y tuvieron dos hijos. Por su parte, Samantha se fue a vivir a Hawai, donde construyó una vida simple, lejos de la colina de las estrellas. También se casó, tuvo tres hijos y trabaja de contadora. Su única aparición en cine fue haciendo de ella misma en un documental sobre el caso: Roman Polanski: wanted and desired. “Lo que pasó esa noche, es difícil de creer, pero palideció en comparación a lo que me pasó los próximos años de mi vida. El me hizo algo verdaderamente malo, pero fueron los medios los que arruinaron mi vida”, confesó a People en 1997.
Geimer lo perdonó públicamente en 1997 y pidió que removieran los cargos en su contra: “Yo sobreviví contra cualquier daño que el señor Polanski me haya causado de niña. Ya lo superé hace mucho tiempo”. Y agregó: “La publicación de esos detalles me causan daño a mí, a mi querido esposo, a mis tres hijos y a mi madre”.
“En Estados Unidos las causas por violación no prescriben y no son consideradas de acción privada como en Argentina, donde el Estado no puede seguir investigando porque se deja desprotegida a la abusada. Además, si no volvió a cometer el delito es porque aprendió”, analiza la abogada penalista Pamela Lodola. Pero claro, que las causas de abuso sexual contra niños y niñas no prescriban es una demanda del movimiento de mujeres y de muchas organizaciones de la sociedad civil. La razón es sencilla: las más de las veces el valor para hablar llega cuando el tiempo ha borrado las pruebas o archivado la posible persecución final. Roman Polanski está ahora en riesgo de ser extraditado a los Estados Unidos. Fue detenido en Suiza donde no rige la protección que le brindó por décadas el Estado francés. Buena parte del mundillo cultural europeo se ha movilizado para evitar la extradición aludiendo a su talento y al tiempo pasado. Sin embargo, la pregunta cae de maduro: ¿acaso el talento puede justificarlo todo?
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