DIEZ PREGUNTAS A: MARTA ALANIS *
› Por Clarisa Ercolano
–Un reconocimiento, un honor, una sorpresa. Pero creo que el premio en realidad no lo tomo como algo para mi persona, sino a la causa a la que una hace visible. Premiar personas que plantean disidencias con la jerarquía católica y es referente a nivel nacional del aborto legal y gratuito, es un avance sin dudas dentro de la democracia. La Fundación Caras y Caretas decidió elegir a un movimiento disidente y transgresor con la jerarquía en temas de moral sexual, de acción social vinculada al género, la sexualidad y la religión. Por algo la estatuilla son muchas manos unidas y alzadas.
–A través de un curso de teología feminista donde estaba Ivonne Guevara, que luego fue perseguida por el Vaticano y por el actual Papa, conocí a las católicas con sede en Uruguay y me identifiqué inmediatamente. En ese entonces trabajaba en una institución católica y descubrí un potencial interesante y sanador. Fue en 1991, y comencé a colaborar con un trabajo de mujeres católicas de sectores populares y maternidad. Yo coordinaba un servicio de ollas populares. Se comenzó a hablar de catolicismo en grupos de diversidad sexual, ámbitos académicos y en 1994 empezamos a hacer talleres en barrios y luego pasamos a mostrarnos. Hoy llegamos a trabajar un proyecto en conjunto con la universidad de Córdoba sobre talleres de género y salud sexual y buscamos incidir en las decisiones legislativas y judiciales a nivel nacional.
–La Iglesia Católica jerárquica quiere imponer una voluntad sexual heterosexual y con fines reproductivos, familiares, sexualidades únicas y para toda la vida. Por suerte esto no se da en todas las parroquias pero siempre están quienes son más papistas que el Papa... Estar en comunión con Dios no pasa por no divorciarse o usar un condón; una lo ve a Videla comulgando y no entiende por qué a un genocida no se le niega la eucaristía y concluye que ésta es una postura misógina y sexofóbica de la Iglesia que hace sufrir a las mujeres. Saben usar los medios y el poder para imponer su modelo de vida cuando quieren y, por dar un ejemplo, a Angelelli lo dejó solo la Iglesia.
–Que estas críticas no son ingenuas, la pobreza no la inventó Kirchner y creo que las críticas a este gobierno, donde las amas de casa a los 60 años se han podido jubilar por dar un ejemplo, son tendenciosas. No soy oficialista pero al Gobierno se lo ataca porque toca los intereses de los que más tienen, lo que hace la Iglesia es hipócrita. Antes de la caída del Muro de Berlín se defendía la propiedad privada, luego, toda la artillería cayó sobre el género y los derechos de las mujeres.
–Muchísimo. Los militares dejaban que las mujeres parieran, se apropiaban de los hijos y les robaban la identidad porque estaban en contra del aborto. Ahora no es así pero están a favor de tantos otros privilegios en la sociedad y el aborto sigue siendo ese tema tabú donde no quieren dar el brazo a torcer. Les importaba menos el genocidio que el aborto...
–Absolutamente. Es masculino y patriarcal, postula que las mujeres siguen siendo impuras. Cuando Jesús en los Evangelios da a conocer un proyecto inclusivo en todos sus aspectos, la Iglesia lo ignora y sigue tan patriarcal como hace 2500 años y más allá, porque Jesús rompió con esas normas y por eso le fue como le fue. Jesús no murió por voluntad de Dios, murió por su compromiso con lo social, igual que los 30 mil desaparecidos. Ahora no nos guardamos esta disidencia y decimos basta de culpas.
–En realidad, la organización Vida Humana Internacional pidió que nos saquen la personería jurídica porque les interesa silenciarnos. Cada vez que pueden nos dicen que no pertenecemos a la Iglesia, pero la Secretaría de Derechos Humanos nos amparó con un dictamen a favor. Básicamente les molesta que debatamos el aborto.
–No, nadie puede decir eso, es tan metafórico todo, cada uno quiere hacerle decir a los Evangelios lo que quiere que digan. Además no son textos supraculturales, pero la jerarquía oculta todo lo que pueda ser liberador.
–Que no se cumple, que es buena ley, es excelente; pero llevará un proceso porque implica un cambio cultural y todos los cambios son lentos, estamos absolutamente comprometidas con la educación sexual por enseñanza y no por omisión.
–Puedo decir que me quedo con lo que le digo a mi nieta: amor al prójimo, comunidad, honestidad, tolerancia y respeto, un amor comprometido que exige cambios urgentes para que la gente viva más feliz. El cristianismo es patear el tablero a las cosas que nos hacen daño.
* Marta Alanis es coordinadora de Católicas por el Derecho a Decidir e integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Recientemente ha sido distinguida con el Premio Democracia de la Fundación Caras y Caretas.
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