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Viernes, 26 de febrero de 2010

EL MEGáFONO)))

El femicidio es una forma de disciplinamiento de las mujeres

 Por Susana Mariel Cisneros

Las muertes violentas de mujeres son producto de la violencia de género que padecen miles de mujeres. El femicidio hace referencia a un tipo de violencia de la cual son víctimas las mujeres y que se sostiene sobre una construcción cultural que se ha denominado género que define lo masculino y lo femenino a partir de estereotipos.

La direccionalidad e intencionalidad en los asesinatos constituyen dos de sus características fundamentales, dado que se ejerce sobre las mujeres para mantener o incrementar su subordinación al género masculino. En cuanto a sus formas, la violencia está presente tanto en los espacios públicos como privados: discriminación, acoso sexual, violación, tráfico y trata, maltrato físico, psicológico, social y sexual, entre otros. Pero el más grave y fatal es la muerte, como último peldaño de la agresión.

El femicidio es el asesinato de mujeres por razones asociadas a su género, y el hecho de ser mujer se convierte en un riesgo. El femicidio debe ser comprendido, entonces, en el concepto más amplio de las relaciones de dominio y control de hombres. Cuando entre un hombre y una mujer se ha instalado la dinámica violenta, las diversas maneras que puede tomar la agresión no hace más que acentuar el desprecio, el odio, el placer o el sentido de propiedad que poseen los hombres sobre ellas y el recurso de la violencia se convierte en instrumental, y su ejercicio no constituye una pérdida de control, sino más bien una toma de control sobre el objeto de posesión: “su mujer”.

Por su parte, esta toma de control del hombre es favorecida por el imaginario social, que no dimensiona el verdadero alcance de estas muertes violentas, que las silencia y permite su impunidad, que no comprende que el femicidio es una forma de dominación, de disciplinamiento de las mujeres. Por eso es necesario crear una conciencia crítica sobre los femicidios y abandonar su descripción fragmentada para indagar en la profundidad de sus causas, dimensionar su gravedad y contribuir a su erradicación. Ya que al apelar a frases hechas, desconocer las causas y evitar un tratamiento en profundidad se simplifica la violencia. Y esta modalidad alcanza su punto más notable cuando denominan a los femicidios como “crímenes pasionales”.

La autora es abogada, docente y coautora de la publicación Femicidios e impunidad.

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