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El Comité Latinoamericano por los Derechos de las Mujeres cumple 20 años y en esta oportunidad reafirma su compromiso con una campaña dedicada especialmente a despertar conciencias sobre lo que es una educación basada en patrones sexistas. “Uno de nuestros desafíos es visibilizar los delitos sexuales. Los responsables de los crímenes de secuestro, tortura y asesinato también son violadores o responsables de violación, y eso estaba invisibilizado”, dice Adriana Guerrero, coordinadora nacional de la ONG que tiene status consultivo en la ONU y que recibió el premio Príncipe de Asturias.

Haber incorporado a su agenda los derechos de niñas y niños les dictó hacia dónde era urgente dirigir su esfuerzo. “Somos conscientes de lo fundamental que es la educación en todos los niveles, cómo te marca, te regula y te pone en una posición –dice Guerrero–. Por eso presentamos la Campaña Educación No Sexista, Antidiscriminatoria y Laica, Más allá de los Objetivos del Tercer Milenio.”

Los principios de la campaña detallan que somos 566 millones las personas que vivimos entre Tijuana y Tierra del Fuego, y 3 millones las niñas y niños que no van a la escuela. Las nenas pobres, negras, indígenas, de zonas rurales o con una orientación sexual diferente tienen más chances de quedar fuera del sistema educativo. Los matrimonios precoces, los embarazos no deseados, la violencia sexual, el trabajo infantil y las tareas domésticas son algunas barreras.

La Campaña Educación No Sexista y Antidiscriminatoria (www.educacionnosexista.org) será presentada este lunes, oficialmente, en Buenos Aires. Será la bandera de la organización durante los próximos dos años. La prioridad es avanzar sobre estos puntos:

1. Escuela, embarazo, adolescentes. “La investigación que hicimos previa a lanzar la Campaña rompe con algunos prejuicios. Pensábamos que las chicas abandonaban el secundario por embarazo. Pero no, dejan la escuela antes. La maternidad es consecuencia de la falta de información, de la contención dentro de la escuela, de no acceder a otro proyecto de vida. ¿La solución? Podemos plantear brindar cuidado infantil en horario de clase, más flexibilidades, alternativas para los días del nacimiento.”

2. Formación docente. “La formación docente con perspectiva de género es mínima. Queremos hacer alianzas con institutos de formación. También, en nuestra página, vamos a subir material para trabajar género desde el jardín de infantes hasta la universidad. Por supuesto, material hay, hace falta tenerlo más accesible.”

3. Educación religiosa. “En muchas provincias tenemos escuelas públicas primarias con educación religiosa obligatoria. En Salta estamos acompañando a un grupo de padres y madres que preparan un amparo que se presentará en estos días. Fue a partir de denuncias de discriminación a chicos de otros credos o agnósticos. La ley provincial dice que padres y tutores pueden decidir cuál va a ser la orientación religiosa dentro de las escuelas para sus hijos, pero la libertad de conciencia no está garantizada. La educación religiosa es Católica Apostólica Romana. El registro de cultos tiene 40 aprobados. Consideramos que la ley es inaplicable hasta tanto se pueda garantizar la apertura absoluta.”

Cuando se acuerda le corre una cosquilla de emoción y sonríe. Adriana Guerrero milita en Cladem desde hace muchos años. Y todo ese tiempo, cada 25 de noviembre recorrió saltando el centro de Tucumán –su ciudad–, juntando firmas por una ley de violencia familiar. Hoy, aunque a sus paisanxs tampoco les dice mucho el nombre de las hermanas Mirabal, Adriana Guerrero y sus compañeras de 14 países de la región salen a la calle a reclamar otra cosa.

“En estos 20 años los avances han sido muchos, y buenos, y muy importantes. Hoy luchamos por el acceso a la Justicia y porque las causas salgan rápido. Hace 15 años, en nuestro país, tener una ley parecía un sueño.”