Viernes, 31 de diciembre de 2010 | Hoy
DVD
DVD O donde sea que usted tenga una pantalla y un reproductor de DVD. He aquí una guía de estrenos recientes, clásicos, films idealizados por su calidad o por el mero disfrute, más algunos que ni siquiera pasaron por la pantalla grande, y otras rarezas que hay que saber buscar para este verano, que de tan tórrido también merece oscurecer el ambiente para irse de viaje por buenas historias.
Por Moira Soto
Ahora que el calor arrecia, que los teatros están en receso y que en las salas de cine son contados los estrenos de verdad imperdibles, ha llegado la ocasión de cumplir deseos fílmicos postergados, de darnos todos los gustos posibles a cualquier hora de sábados, domingos o feriados, al anochecer de días tórridos, con aire (si tenemos esa suerte) o con un ventilador en la cara, con un trago largo o corto bien frío, acaso algo para picotear y... ¡a recrearse a full! Aunque se trate de una espeluznante muestra de terror o de un melodrama de llorar a lágrima viva. Lo que vale para el espíritu de esta notuela es darse todos las satisfacciones posibles: sufrir, pensar, regocijarse, regodearse tanto con los placeres del cine de alto y –a menudo– merecido prestigio (no hace falta aclararlo: Dreyer, Welles, Visconti, Murnau, etcétera, etcétera) como con los de menor alcurnia y sin embargo tan idolatrados a veces: Mario Bava en cualquier de sus expresiones o, más abajo, un impresentable (en una reunión de la Fripresci, por caso) pero comiquísimo Vengador tóxico...
Antes de empezar a esparcir algunas sugerencias quizás antojadizas, dándoles cauce a caprichos de toda categoría, oportuno es remarcar que es menester encontrar un buen sitio real para alquilar o comprar DVD, anche –si todavía conservan la vieja y querida videocasetera– conseguir algunos peregrinos, insólitos VHS que no se encuentran en otro formato. En la calle Córdoba al 3541 existe un local que es una suerte de edén para amantes del cine, y que ya desde la vidriera te sorprende con creativas instalaciones temáticas referidas al film del mes (actualmente, El hombre de al lado): New Planet Films (www.newplanetfilms.com.ar, 4963-1366), cuyo lema es: “Te conseguimos todo lo que querés ver”. Este videoclub fundado por Adrián Solares es atendido diariamente por personas avisadas y despiertas como Fernanda o Gastón, de 12 a 23, los sábados hasta las 24 y los domingos abren de 16 a 23. Los estrenos están a $ 9 el alquiler, las pelis de colección a $ 8, hay combos de 3 por $ 22, y de 12 a 16 hay promos de 2 por $ 12 (48 horas), con entrega y retiro a domicilio en un radio de 15 cuadras a la redonda. Loco por el cine, Solares tuvo antes un video en la calle Gallo, cariñosamente llamado Rebeca, y ahora es el dueño también de un local de venta en Corrientes 1948, Los Unos y los Otros, botica de cine donde, como en New Planet, hay de todo, desde pochocleras hasta el más conspicuo cine de arte y ensayo. Asimismo se refugiaron aquí muchos de los 20 mil videos que este fanático no paró de atesorar altri tempi. Además de los precios normales de mercado para compra de novedades, hay ofertas provocativas: 3 DVD por $ 50, 2 por $ 25...
Ya que nombramos al refínadísimo pero tardíamente reconocido Mario Bava (aunque hubo devotos/as de la primera hora), grato es anunciar que en New Planet tienen, por ejemplo, gemas inestimables del nivel de Kill, Baby, Kill, El cuerpo y el látigo (que fuera estrenada localmente con un título mejorado, El látigo y la piel) con la reina del grito Barbara Steele, Tres rostros para el miedo (el primero de los relatos inspiró la secuencia inicial de Scream 1, y el segundo propone a un aterrador Boris Karloff que, después del tercer cuento, nos da gran sorpresa con genial humorada). Del maestro Bava –siempre que el terror casi abstracto sea tu objeto de deseo fílmico– podemos pasar naturalmente a su brillante discípulo, Dario Argento, a través de dos obras –sí, hay que decirlo– emblemáticas: Rojo profundo y Suspiria; y entre las menos difundidas –no se dio en cines locales, no se pasa por el cable—, la insólita Phenomena, con una juvenil Jennifer Connelly excitando sexualmente a los insectos... sí, un delirio argentiano que reclama entrar en sus códigos. Yendo hacia el horror francamente intolerable, nunca superado ni por su propio hacedor, Tobe Hopper, no queda otra que animársele a El loco de la motosierra (sí, The Texas Chainsaw Massacre), de culto muy bien ganado, una película que deja chiquitas a todas las producciones del género con derroche de sangre, tripas, efectos digitales de los últimos años. El loco... te hace creer que se trata del film más cruelmente sangriento de la historia, aunque ocurra una sola muerte por motosierra. Tan terrible es el malestar, tan visceral el miedo que genera que casi habría que recurrir a la antigua consigna de Soledad Silveyra en Gran Hermano: “¡Adelante los/as valientes!”.
Antes de irnos de este género transgresor por excelencia, y luego de recomendar –aunque suene a obviedad– casi todo Cronenberg, todo Lynch –está Cabeza borradora en New Planet—, un petit homenaje a los vampiros que sobrevuelan con elegancia la saga Crepúsculo y otras trivializaciones: de las recientes se salvan con todo honor Criatura de la noche (Let the Right One in, de Tomas Alfredson), Sangre caníbal, de Claire Denis; de las de antaño, a partir de Nosferatu, hay Dráculas, Hijas de Drácula, Novias de Drácula, de Tod Browning, de Terence Fisher, incluso de Coppola... Del lado francés, aparte de la citada de Denis, Rosa de sangre (Et mourir de plaisir, versión de Carmilla, de Sheridan Le Fanu, por Roger Vadim). Y para no cebarnos demasiado, quedémonos en la recientemente editada Criaturas de la noche (Les morsures de l’aube), con la irrupción de la habitualmente vampírica Asia Argento en una mezcla imperfecta pero divertida de gótico, melodrama con tendencias incestuosas, policial, todo muy posmo. Terror de buena cepa es el que destila el catalán Jaume Balagueró (Los sin nombre, Rec 1 y 2, Frágiles). En cuanto a Brian De Palma, son varias sus realizaciones de alto impacto, muy populares dentro del género: vale recuperar la notable El fantasma en el paraíso (relectura aggiornada del ídem de la Opera) y la recientemente editada La furia.
Antes de que empiece a menguar el espacio, y reconociendo que inexorablemente quedarán afuera numerosos films de mérito, hagamos favoritismo, chauvinismo de género, como quieran llamarle, para ensalzar a Agnès Varda, que embelleció 2010 con el estreno de sus Playas... (ya editada en DVD), directora de genio en lo formal y en lo conceptual, de quien disponemos, entre otras obras, Cléo de 5 a 7, Una canta, la otra no (a favor del derecho al aborto y también de la maternidad deseada), Los espigadores y la espigadora, el amoroso tributo a su marido muerto en 1990, Jacquot de Nantes. Ese marido, Jacques Demy, que realizó algunas delicias totales como Las señoritas de Rochefort, felicidad cinematográfica sin nubes. Pasemos brevemente a la buena compañía de un par de directoras, que representan a muchas otras: la Jane Campion de Bright Star, el intenso romance trunco entre John Keats y su vecina Fanny Brawne; la Kathryn Bigelow de los extremos: Near Dark y The Hurt Locker. Las descollantes argentinas contemporáneas Lucrecia Martel, Albertina Carri, Anahí Berneri, Lorena Muñoz, Verónica Chen y Ana Katz, por cierto, figuran con sus obras en el catálogo de New Planet Film.
Evidentemente, hay directores de la talla de Fellini, Fassbinder, Bergman, Antonioni, Kurosawa, Eisenstein, Rossellini, Cassavetes, Visconti y otros grandes debidamente canonizados respecto de los cuales se hace cuesta arriba elegir sólo un par de títulos. Pero existen otros creadores, quizá menos encumbrados en general por la crítica, pero que merecen ser tenidos en cuenta a la hora de alquilar o comprar: el Douglas Sirk de los grandes melodramas (si quieren llorar a mares, ahí tienen Imitación de la vida, con una impecable Lana Turner); el Elia Kazan de Baby Doll y de Esplendor en la hierba; el Clouzot de El cuervo y otras negritudes; el Vincente Minnelli de los sofisticados musicales o de las tremendas sagas familiares (Lo que la carne hereda, Los siete jinetes del Apocalipsis, sin olvidar sus crítica punzantes a Hollywood (Cautivos del mal). Michael Powell y su magnífica Zapatillas rojas, El fotógrafo del pánico (Peeping Tom), toda la serie negra de Jean-Pierre Melville (que no falte El Samurai, s’il-vous-plaît...). De John Waters se puede ver o volver a ver con mucho gusto y fina voluntad Hairspray, protagonizado por la divina Divine. Y del Nagisha Oshima de los imperios de los sentidos y de las pasiones, bueno sería retomar Furyo, con prisioneros británicos en un campo japonés y el despampanante David Bowie moviéndole el piso al capitán ponja Ryiuchi Sakamoto, actor además de autor de la música de Furyo.
Para ir cerrando, con humor y teniendo en cuenta que El ilusionista, inspirada celebración del universo de Jacques Tati, está en cartel, sería una buena decisión ver y repasar deleitosamente Día de fiesta, Las vacaciones de Monsieur Hulot, Mi tío, Play Time... Para mirar con criaturas y dejarse encantar de nuevo, la imbatible Novicia rebelde, la irresistible Cantando en la lluvia, la sabrosa Ratatouille... A partir de la adolescencia, vale sugerir la bella Persépolis, adaptación cinematográfica –su propia historieta autobiográfica– que hizo Marjane Satrapi junto a Vincent Paronnaud, un recorrido humano desde Teherán hasta culminar en el exilio en Austria, con fuertes contenidos políticos, en un blanco y negro artesanal que apela a las sombras del expresionismo. ¤
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