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El Senado bonaerense aprobó, la semana pasada, la creación de un Observatorio de Violencia contra la Mujer. El proyecto de ley impulsado por la senadora Viviana Arcidiácono (Frente para la Victoria) fue avalado por unanimidad. Pero, ahora, tiene que pasar por diputados para convertirse en ley. “La violencia contra la mujer es un flagelo que debemos combatir entre todos porque afecta al núcleo de nuestra comunidad y rompe los vínculos y el tejido social. En el mundo, la violencia es una causa de muerte e incapacidad entre las mujeres en edad reproductiva tan grave como el cáncer y una causa de falta de salud mayor que los accidentes de tránsito y la malaria combinados, y esta realidad no resulta ajena a nuestra provincia”, subrayó la senadora.

Arcidiácono resaltó “El Observatorio será una herramienta muy útil para realizar un monitoreo, la recolección, la producción, el registro y la sistematización de datos respecto a la violencia contra las mujeres”. Por otra parte, explicó que el nuevo organismo “estará integrado por un equipo interdisciplinario y representantes de organizaciones involucradas en la temática y dirigido por una persona que acredite formación en investigación social y derechos humanos”.

El proyecto contempla que la nueva institución –que daría datos oficiales y no sólo las cifras que arrojan las publicaciones sobre muerte de mujeres publicadas en los medios de comunicación– funcionaría dentro del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires, un territorio donde se recibieron más de once mil llamadas de mujeres en situación de riesgo sólo en un año.

Hasta ahora se sabe que del 1º de enero al 31 de octubre de 2010 se registraron 260 femicidios (de mujeres y niñas). Pero las cifras no son oficiales, sino una iniciativa del Observatorio de Femicidios en Argentina de la Sociedad Civil Adriana Marisel Zambrano, con datos recopilados de las agencias informativas Télam, DyN y 120 diarios de distribución nacional y/o provincial.

Esta investigación llegó a la conclusión de que durante el año pasado las muertes de mujeres por ser mujeres aumentaron un 12,5 por ciento con respecto a 2009. Y mostró algunos datos centrales para reforzar y mejorar las políticas públicas, como por ejemplo que 27 de las mujeres asesinadas habían hecho la denuncia por violencia de género y, sin embargo, los métodos de protección de la Justicia no lograron preservar su vida.

También seis de las víctimas contaban con una exclusión de hogar o prohibición de acercamiento del hombre que terminó convirtiéndose en su asesino. Este punto es clave para entender que se necesitan mayores redes sociales, tecnológicas y de seguridad para que las denunciantes no se expongan a un nuevo riesgo, sino que puedan salir del círculo de peligro que implica la violencia doméstica. También el Observatorio de Femicidios de la Sociedad Civil detectó que 17 de los asesinos pertenecían a las fuerzas de seguridad, lo que muestra la falta de capacitación, pericias y seguimiento a los hombres dotados con armas para –supuestamente– defender a la sociedad pero que terminan, muchas veces, convirtiéndose en una amenaza puertas adentro de sus hogares.

Si estos datos son arrojados por un relevamiento en medios, es de suponer que una organización estatal (como el previsto Observatorio bonaerense) generaría cifras oficiales que realmente tengan inserción en políticas públicas efectivas para prevenir y erradicar la violencia de género.